Lector Omnisciente [Constelación]

Soy una constelación

Mientras los otros pequeños Junghyuks estaban sosteniendo 666, dejé el bosque de Ngai y me dirigí a cierta calle.

No es que no piense en la probabilidad en absoluto.

Incluso si una gran persona usa el medio de Ganpyeongul, se paga una probabilidad considerable, pero si una constelación de clase Seolhwa usa Mantra sin un medio, se usará una gran probabilidad.

Es natural.

'Aun así, no sabía que la encarnación se dañaría'.

Una pequeña grieta que no había cicatrizado en el dorso de su mano, el interior de la cual estaba hecho de negro, y el extremo era invisible.

La última vez que tuve un agujero en la cabeza por la espada del 666 fue simplemente una herida externa que se curó rápidamente, pero esto fue diferente. Es porque hay un problema con la historia misma que constituye la encarnación.

No se arregló a menos que se corrigiera la historia en sí o se insertara una historia que pudiera ser reemplazada.

Además, arreglar la historia era virtualmente imposible para mí. Yo mismo no sé cuál es mi historia, pero no hay forma de que pueda arreglarla.

Después de todo, solo hay una manera.

"¿Estás en un adicto al cine?

Mientras decía eso, llamando a la puerta de un edificio del tamaño de un pequeño teatro, escuché algo comiendo desde adentro y la puerta se abrió. Un hombre adulto con cabello castaño largo atado, frunciendo el ceño con palomitas de maíz untadas en su rostro.

Tan pronto como el hombre me vio, me maldijo amargamente con una cara severa.

"Oye, ¿estás loco? ¿Qué diablos está pasando en tu cabeza, así que haces eso! ¿Estás realmente loco? ¿Crees que te has convertido en un verdadero idiota porque estás loco a tu alrededor?"

*Tengo palomitas de maíz en la mejilla".

"Ah, gracias. Debo haberlo enterrado antes... ¿Dónde está esto hablando?"

"Disculpe."

"¡No entres solo!"

Al entrar me llamó la atención un cine del tamaño de un teatro. Mirando hacia un lado, habla carteles de Myeongryang pegados. Parece que me gustó bastante la sabiduria.

Mientras miraba los carteles, se me acercó un cinéfilo con la cara más limpia que antes, quizás después de lavarse la cara. Todavía era una cara sombría.

"Entonces, ¿por qué viniste aquí de repente? Un tipo que no vendría incluso si le pidiera que viniera".

"Fue bueno que recomendaras una máquina de palomitas de maíz el otro día. Gracias a ti, lo disfruté".

"Ah, ¿si? Así es. Esa máquina es buena. Como experto, lo reconozco... ¡Te dije que no volvieras! ¡Por qué diablos estás aquil

Ha pasado un tiempo desde que lo conocí, pero es un tipo muy cruel. Bueno, ¿hay algo mejor que decir aquí? Tomé esa decisión e inmediatamente fui al grano.

"Me preguntaba si podría tomar prestado alguno de los cuentos restantes del cine, así que los necesito con urgencia".

"¿Lo necesitas con urgencia?"

"Me rompí el dorso de la mano".

"¡Qué loco!"

Tan pronto como vio el oro en el dorso de mi mano, el adicto al cine volvió a maldecir y corrió a algún lugar a toda prisa. Después de un rato, sacó una caja grande y la colocó frente a mí. Cuando abrí la caja, había pequeños fragmentos de cuentos mezclados.