_Nada, estoy cansada. Y sí, he dormido poco. Ahora, ¿me dejarás tranquila?

Él la miró fijamente. Ella gruño.

_Lo siento no quiero desquitarme contigo. Símplemente no es mi día-le hubiera gustado decirle cómo se sentía, pero ni siquiera lo sabía. El problema no era que estaba cansada. El problema era que le estaba ocultando a Draco lo de la inseminación, y eso la estaba matando. Antes si le ayudaba hablar de sus cosas con Draco, pero aquello... todavía no podía compartirlo con él. Ni sabía cuando podría estaba engañando a su mejor amigo sentía peor después de haberse enfadado, sobre todo cuándo él la estaba mirando con preocupación.

Draco trato de no fruncir el ceño, pero ella le ocultaba algo. No tenían muchos secretos entre sí y no le gustaba que ella le estuviera dejando fuera de aquello. Le dolía. Pero sabía que no debía presionarla cuando estuviera preparada, se lo diría.

Con resolución, alcanzó su plato otra vez, se saco los zapatos, se acomodó en el sofá y reinició la película. Comieron en silencio, pero poco a poco la tensión se fue evaporando. Se rieron comentaron algunas escenas, riéndose de los endebles diálogos y cuando acabo la película, recogieron la mesa y pusieron otra.

Draco observo como Spider-Man demolia la ciudad tratando de atrapar a los malos. Se dio cuenta de que Hermione había apoyado la cabeza en su hombro. La miró y sonrió. Estaba profundamente dormida. Cuándo se acercó aún más para rodearla con el brazo, ella se acurrucó, transmitiendole su calor corporal. Él suspiró por el simple placer de estar así, viendo la película. Sin embargo, mucho después de que esta hubiera acabado, Draco seguía abrazado a ella, preguntándose por qué se sentía tan tranquilo y satisfecho. Y que iba hacer al respecto.

Había perdido la pulsera. LA que draco le había regalado.

Hermione la busco, frenética, por toda la casa. Había mirado incluso en el estudio. Atemorizada arrancó, los cojines del sofá para ver si estaba debajo, pero no había nada. Nada, Merlín munca debía haber aceptado. Era típico de ella perder algo que valoraba tanto. Se le saltaron las lágrimas al pensar que tendría que asistir a la fiesta benéfica del hospital con Draco aquella misma noche y el notaría que la había perdido.

Se levanto y miró la cocina. De repente introdujo la mano en el sumidero del fregadero, con la esperanza de encontrar algo, en vano. Con un gemido de desesperación, abrió el armario debajo del fregadero y desenrosco la junta de la tubería.

Inmersa en el trabajo óyo de repente:cielo santo, Hermione. Lo que hay que ver.

Ella se sobresalto. Era Draco pensó en fingir que no ocurría nada, pero en la situación en la que se encontraba, era imposible.

Draco se agacho y le dio un vistazo a la tubería.

_Buen momento para hacer arreglos.

《Especialmente con un vestido de noche rojo》, pensó Draco deslizando la mirada por sus piernas. Se preguntó caprichosamente si llevaría el tipo de medias que había llevado cuándo salió con Wich.

_Hermione que es lo que ocurre.

El hipo, con la cara ladeada.

_Vuelve dentro de una hora.

_No puedo. Se supone que debemos estar en el salón dentro de media hora. Pertenezco a la junta directiva. Necesitó estar allí para la presentación.

_Sí murmuró ella-. Lo sé.

_Linda. ¿Quieres hacer el favor de salir de ahí?

Suspirando, Hermione salió. Draco la tomó de las manos y la ayudo a levantarse. Ella se soltó inmediatamente y se apartó. Como no quería mirarlo aún se dedicó alisarse el vestido.

¡Lo real está aquí!Where stories live. Discover now