—Voy a desocupar mi casillero — Nunew dijo con los dientes apretados mientras él se levantaba de la silla. Lo que le hacía creer que todo era una treta, era porque Harold no estaba tratando de darle palabras de aliento o decirle que haría unas cuantas llamadas telefónicas, algo que siempre había hecho en el pasado con cualquier persona que tenía que marcharse.

Nunew se encontraba en un estado de realidad irreal cuando salió, ni siquiera fue a su casillero o a registrar su salida en el reloj checador. Estaba furioso y muerto de miedo. Se dirigió a su carro y se subió en este, sentándose ahí mirando el lugar que había ayudado a Nunew a criar a sus hermanos. La realidad lo pateó trayéndolo a lo que acaba de suceder, y Nunew podía sentir que las lágrimas comenzaban a caer de sus ojos. Se las secó con las palmas de sus manos mientras trataba de componerse. Nunew no tenía ahorros para aguantar hasta que encontrara algo más. Al menos tenía un cheque más de pago. Puso su cabeza en el volante mientras la desesperanza lo cubría. ¿Qué demonios iba a hacer con un solo cheque de pago? La hipoteca se debía, junto con los gastos de la casa. ¿Qué pasaba con los pañales y la leche en polvo? ¿Las necesidades de Janis? ¿Los comestibles? Nunew sentía que el peso del mundo sobre sus hombros se volvía diez toneladas más pesado.

Se compuso lo suficiente para conducir hacia la señora Park. Pero no fue suficiente para que incluso prestara atención por donde iba. Menos mal que conocía el camino como la palma de su mano. Él sabía que era peligroso conducir así, pero la mente de Nunew había pasado de la ira absoluta a un adormecimiento. Él se estacionó en la cochera de la señora Park mientras miraba fijamente a la nada. Tendría que vender la casa ahora. Ellos no podrían sobrevivir por mucho tiempo a menos que encontrara otro trabajo de inmediato, y no había manera de que pudiera solventar una hipoteca. Nunew sintió su corazón afligirse al pensar en tener que vender la casa de sus padres.

Tenía que encontrar otra manera de salir de esto. Después de estar cerca de una hora sentado allí con sus pensamientos corriendo de un problema al siguiente, se dio cuenta de que el auto de la señora Park no estaba en la cochera. Nunew miró a su alrededor, preguntándose dónde habría ido. Janis no tenía escuela hoy debido a la reunión de algunos profesores, por lo que la mujer mayor tenía a ambos niños con ella.

Nunew salió de su carro de todos modos, y llamó a la puerta. No hubo respuesta. Sacó una pluma de la visera del auto y un pedazo de papel en la guantera y garabateó una nota para que ella le llamara a casa cuando regresara. Sabía que estaba pensando en lo peor por todos los eventos que estaban sucediendo últimamente, y su imaginación estaba volando. Mientras conducía por la calle hacia su casa, Nunew notó una patrulla en la entrada. Su corazón se fue a su garganta y amenazaba con ahogarlo mientras sus nudillos agarraron más fuerte el volante. Esto no podía ser bueno. Él tenía una abrumadora urgencia de conducir pasando la casa. Si no supiera que la policía estaba en su puerta, entonces el problema, cualquiera que fuera, no existiría. En cambio, Nunew frenó y apagó el motor. Se estacionó ahí mirando a la patrulla. Todo tipo de escenarios estaban desplegándose en su cabeza, pero él sabía en su corazón que algo malo le había pasado a Zee o a los niños. Nunew no podía ni siquiera pensar en vivir sin alguno de ellos. Se frotó las manos sudorosas en el pantalón y luego lentamente salió. El policía se fijó en él y bajó los escalones de enfrente para su encuentro.

—¿Chawarin perdpiriyawong? —preguntó el policía mientras se acercaba. Nunew tragó saliva, su garganta estaba seca, y luego asintió. Agarró fuerte las llaves en su mano mientras su cuerpo entero se sacudió.

—Ha habido un accidente. Necesito que me siga al hospital. Nunew fue lanzado hacia el pasado. Un pasado que oró por nunca volver a tener que revivir mientras él tuviera aire en sus pulmones. Los recuerdos empezaron a llegar de nuevo de la misma conversación que había tenido meses antes. En ese entonces, fueron sus padres. ¿Pero ahora? Nunew escuchó hablar al policía. Sonaba como una voz lejana. Parpadeó un par de veces mientras trataba todo lo posible por salir de la niebla en la que estaba y centrarse en el hombre de pie delante de él.

El Vicepresidente de NuNew - ZeeNuNewTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon