Ella se encogió de hombros, no haciendo contacto visual con él mientras alimentaba a Nat con otra cucharada de comida para bebés. Esto no estaba bien. Él siempre tenía que despertarla por lo menos dos veces. Ahora ella se había levantado antes que él, ya vestida y dándole de comer al bebé. Él lo intentó de nuevo.

— Janis, calabaza, habla conmigo.

La mano de Janis se quedó quieta mientras sus mejillas se volvían rosas. Sus ojos se quedaron en Nat. —¿Tú y Zee tuvieron sexo anoche?

Nunew sintió una oleada de mareo sobre él, tan fuerte que casi se cayó sobre su trasero. Su mano se congeló en la parte posterior de su cabeza y tragó saliva audiblemente. Estando con Zee, dejando que el hombre lo dominara, Nunew olvidó mantenerse callado.

—¿Por qué lo preguntas? —Su mano tembló mientras la bajaba, apretándose en su pierna. Maldita sea, había sido demasiado ruidoso. MALDITA SEA, MALDITA SEA, MALDITA SEA. Quería huir de la habitación y esconderse por la vergüenza. No estaba seguro de si aún debía responder a la pregunta de ella.

Janis dejó la cuchara y cruzó las manos sobre la mesa delante de ella.

—Porque yo lo vi encima de ti en la sala de estar anoche.

¡OH, MIERDA! Ese fue el ruido que había escuchado. «

¡JODER! ¡JODER!

¡JODER! Él casi deseó que ella hubiera escuchado y no visto. Él podría explicar los ruidos. Echarle la culpa a una discusión o algo. ¿Cómo iba a explicar lo que ella vio?

OH, DULCE INFIERNO.

—Uh, yo... — Nunew respiró hondo, exprimiendo su cerebro para una formidable explicación. Honestamente, él no entendía qué era lo que estaba pasando entre él y Zee, así que ¿Cómo iba a explicárselo a alguien de doce años? Ahora era el momento en el que realmente necesitaba a su mamá. Por supuesto, ella probablemente hubiera pateado el culo de Nunew por rodar en el sofá de todos modos.

—¿Es él tu novio ahora? —Ella finalmente volteó la cabeza, sus ojos interrogándolo. Él le dio la única respuesta de la que casi estaba seguro.

—No. Él es, eh, mi amigo. — Nunew sentía como si un peso estuviera sobre su pecho mientras buscaba los ojos de su hermana.

Por lo menos dejó la pregunta del sexo y lo cuestionó sobre el aspecto de la relación. Janis se volteó en la silla de la cocina, sus grandes ojos  estaban amplios mientras lo miraba fijamente. —Está bien, Nu. Quiero decir, si eres gay. Aun te amo. —Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello, abrazándolo con fuerza.

Dulce Niño Jesús, en qué lío estaba.

Nunew sintió que las lágrimas cosquilleaban detrás de sus párpados, mientras se sostenía de ella por su querida vida. Él la amaba tanto que estaría perdido sin su calabaza. Cuando sintió que sus ojos se secaron lo suficiente para retirarse, Nunew liberó a Janis. —Está bien, basta de hablar de novios y demás, se nos hará tarde. —Desordenó su pelo y agarró su ahora tibio café.

Eso era todo, no más sexo dentro de la casa.

Nunew se detuvo en seco al pensar en lo que acababa de pasar a través de su mente. Él estaba en realidad pensando en tener sexo con Zee. Sólo que no en la casa. Sacudió la cabeza negándose a eso, puso su taza en el fregadero, tomó sus llaves y a Nat, después acompañó a Janis fuera de la puerta.

—Ya voy — Nunew gritó mientras colocaba a Nat contra su costado. Él tropezó con uno de los zapatos de Janis, pero se sostuvo antes de golpear la pared—. ¡Janis, ven por tus zapatos! - Nunew gruñó mientras giraba el picaporte de la puerta y la abría. Él se sorprendió cuando vio a Zee parado allí con dos bolsas de plástico colgando de sus manos. Él las levantó mientras arqueaba una ceja.

El Vicepresidente de NuNew - ZeeNuNewWhere stories live. Discover now