Los habitantes de Sitka, en su mayoría, se mostraban excesivamente amables y alegres. La mayoría de ellos siempre tenía una sonrisa en el rostro, la cual se hacía aún más expresiva cada que Jenna y la morena pasaban a lado de ellos, ¿la razón? Todo el mundo sabía de su compromiso.

—¿Por qué nos miran de esa manera? –Preguntó Jenna a la pelinegra en un susurro para que nadie más que ella pudiera oírla –Dan un poco de miedo.

—Estoy segura que mi madre y mi abuela esparcieron la noticia de nuestra muy cercana boda –Explicó la morena –Mira, ahí tienen tu teléfono –Habló con voz normal señalando la tienda que había frente a ellas.

—"Allen General Store" –Leyó la castaña –En verdad tu apellido está en todos lados.

—Sí –Asintió Maya con una mueca en el rostro –Vamos –La tomó del brazo.

—¿Quieres soltarme? No me gusta que me toques –Se apresuró a decir mientras agachaba la mirada para que la morena no notase sus mejillas sonrojadas, no entendía muy bien porque su cuerpo la traicionaba de aquella manera.

—Vamos a casarnos, es normal que te toque –Rodó los ojos.

—Pero lo odio —Mintió.

—Como sea –Respondió Maya restándole importancia para después soltarla y empujar la puerta de la tienda –Entra.

—Gracias.

—¡Hola, amigo! –Saludó la morena al hombre que hasta esos momentos había estado de espaldas al mostrados –¿Cómo va todo?

Al ver de quien se trataba, la morena hizo una mueca de disgusto y comenzó a caminar por la tienda para ver algunas de las cosas que tenían. No quería ver el rostro de aquel bailarín, realmente la incomodaba en exceso.

—Hola, Maya –Saludó sonriente el bailarín –Todo excelente, ¿qué tal tú?

—Bien, no me quejo –Volteó por unos segundos para ver que hacia Jenna y al verla leyendo unas postales rodó los ojos y volvió su atención a Hunter —¿Tienes el teléfono?

—Sí, llegó a primera hora –Aseguró mientras salía del mostrador.

—Excelente –La morena se acercó al mostrador y tomó una revista.

—Sí.

Con cautela, Hunter se acercó hasta donde la morena continuaba revisando postales y se recargó en uno de los estantes para después aclarar su garganta llamando la atención de Jenna, quien al verlo volvió a hacer una mueca y entonces fingió una sonrisa.

—Hey –Saludó la castaña.

—¿Te acuerdas de esto? –Comentó casualmente el bailarín antes de separarse del estante y empezar a menear las caderas en un movimiento sensual.

—Sí —Respondió Jenna.

—¿Y de esto? –Pasó sus manos por su abdomen.

—Desgraciadamente sí –Murmuró para sí misma –Inolvidable –Volvió a hablar, pero esta vez en voz más alta para que el bailarín pudiera oírla.

Planeando rápidamente su ruta de escape, la ojimarrón dejó la postal que tenía en la mano en el mismo lugar del que la tomó y entonces se metió entre los pasillos dejando atrás a Hunter. Sin embargo, este no se dio por vencido y comenzó a seguirla, ocasionando que Jenna se sintiese completamente acosada y caminase con más rapidez hasta llegar a la morena.

—Wooh, ¿qué sucede? –Preguntó Maya con sorpresa al sentir como la castaña pasaba sus brazos por su espalda y se abrazaba fuerte contra ella.

—El bailarín me asusta –Confesó.

𝙇𝘼 𝙋𝙍𝙊𝙋𝙐𝙀𝙎𝙏𝘼 [JENNA ORTEGA]Onde histórias criam vida. Descubra agora