—Hahh...

Apreté mi frente cuando me empezó a doler la cabeza.

Fue entonces cuando Emily preguntó con cara de preocupación.

—Dama. ¿Estás bien? ¿Debería decirle a su excelencia que traiga a un médico?

—No. No hay necesidad...

Iba a negarme, pero luego cambié de opinión.

—Mejor, sí. Sí, llama a un médico.

Debería intensificar sus preocupaciones sobre mí para que me permitan quedarme más tiempo mientras estoy en ello.

'No voy a salir de debajo de mi edredón por un tiempo.'

Al menos no hasta que el príncipe heredero se olvide de mí.

***

Emily comenzó a llevar a cabo lo que le dije que hiciera durante los próximos días.

Fue una suerte que el botón del puño se hiciera a tiempo.

Nadie sospechaba que Emily saliera a menudo porque el festival aún no terminaba.

—Todos estaban tan desinteresados hasta que saqué el joyero. Como, su actitud cambió instantáneamente.

Emily me informó de lo sucedido durante los dos días en que salió a buscar a los informantes.

Todo lo que me dijo entró por un oído y salió por el otro hasta que dijo 'una base extraña sin nadie más que el hombre que llevaba una máscara de conejo blanco allí'.

'Estupendo. Mordió el anzuelo.'

Lo que dijo coincidió con la forma en que lo mostró el juego.

Detuve a Emily para que no siguiera explicando levantando una mano.

—Trabajaste duro, Emily, a pesar de que estaba lloviendo. Puedes volver ahora y descansar.

—Okey. ¡Volveré cuando sea la hora de cenar!

Emily estuvo enérgica hasta el final, incluso cuando estaba empapada de la cabeza a los pies.

Afortunadamente, no parecía que se hubiera resfriado ni nada.

*Clack* la puerta se cerró y el silencio llenó la habitación.

Me di la vuelta y miré por la ventana.

El mundo parecía haber perdido sus colores ya que todo estaba en tonos grises.

—¿Por qué llueve todo el día?

El clima me hizo sentir aún más deprimido de lo que ya estaba.

Odiaba los días de lluvia. Fue porque estaba lloviendo el día en que me sentí más miserable.

Envidiaba a mis amigos que siempre tenían a su madre viniendo a buscarlos con un paraguas.

No podría haberme sentido más avergonzado y miserable en mi vida que cuando los niños me preguntaron sin malas intenciones '¿No tienes mamá?' cuando caminaba por el campo de la escuela bajo la lluvia.

Esas emociones que sentí nunca cambiaron a pesar de que pasó el tiempo y cuando crecí.

Gente pegada a uno de sus amigos que tiene paraguas al final de la escuela.

Y.

—¡Joven maestro! ¡Apúrese!

_Diablos, el pronóstico del tiempo no informó que iba a llover hoy. Ahora estoy todo mojado, que molesto. Secretaria Kim, apresúrate a casa.

Penélope¹Where stories live. Discover now