It's okay to let it out sometimes

210 26 0
                                    

Natasha se recostó en el sofá de la sala común de los Vengadores, frotándose las sienes mientras trataba de quitarse de encima la migraña que la había estado atormentando todo el día. Cerró los ojos, respirando superficialmente, tratando de soportar el dolor cegador. Sus ojos se abrieron de golpe cuando escuchó un ligero forcejeo detrás de ella.

- Hola- Dijo Wanda, acercándose para sentarse junto a Natasha.

- Hola- Respondió Natasha, tratando de formar una pequeña sonrisa.

- ¿Estás bien?

Nat asintió con la cabeza, usando toda su energía para no agarrarse la cabeza por el movimiento repentino.

- Natasha- Susurró Wanda- Te ves muy pálida, háblame bebé, ¿qué pasa?

- No es nada, solo una migraña- La voz de Natasha se quebró, los ojos se cerraron cuando otro rayo de luz brillante cruzó su visión. Sintió vagamente que Wanda se levantaba del sofá, pero no tenía la energía suficiente para preguntarle adónde iba, o si podía quedarse en el sofá con ella porque le daba una sensación de alivio.

Unos minutos más tarde, Nat sintió una presencia frente a ella, y logró abrir los ojos, un pequeño gemido salió de sus labios cuando el dolor volvió a aumentar.

El corazón de Wanda se apretó con el sonido, y se agachó frente a la niña- Vamos, toma esto, te ayudará.

Natasha negó con la cabeza- Dije que estoy bien, Wands.

- Por favor, bebé- Rogó Wanda. Sabía que Natasha tenía un problema con las pastillas, creía que la debilitaban, pero también sabía que su migraña no desaparecería sin ellas.

Natasha suspiró, tomó las pastillas y las tragó en seco, recostándose contra el sofá de nuevo, cerrando los ojos.

Wanda aprovechó la oportunidad para estudiar el rostro de Natasha, observando los círculos morados oscuros debajo de sus ojos y las líneas de tensión alrededor de su boca.

- Nat, ¿estás segura de que estás bien?- Preguntó en voz baja.

Natasha de repente dejó escapar un áspero sollozo, enterrando su rostro entre sus manos. Wanda se sobresaltó al principio, nunca había visto a Natasha llorar así. Ella lo atribuyó a la migraña, pero aun así llevó a la niña a su regazo, frotándole la espalda con dulzura.

- Shh, bebé, está bien, estoy aquí- Wanda susurró.

Natasha lloró durante mucho tiempo, y Wanda simplemente la abrazó, susurrando una suave melodía en su oído y frotando pequeños círculos en la zanja de su espalda. Cuando los sollozos de Natasha finalmente cesaron, levantó la cabeza para mirar a Wanda, pero no hizo ningún movimiento para salir de su regazo.

- Gracias.

- No necesitas agradecerme, siempre estaré aquí para ti. Has sido fuerte durante tanto tiempo, Natasha, está bien dejarlo salir.

Nat asintió y apoyó la cabeza en el hombro de Wanda.

- ¿Quieres hablar acerca de ello?

- No precisamente.

- ¿Quieres que ponga un programa de televisión?

- No me importa.

Wanda sonrió y quitó la mano de la espalda de Nat para encender la televisión. Natasha gimió en respuesta, levantando la mano ciegamente en el aire para encontrar el brazo de Wanda y traérselo. Wanda obedeció, su sonrisa se volvió un poco más amplia.

- Oye, si quieres dormir, está bien, te tengo. No voy a ir a ningún lado.

Natasha se dejó llevar lentamente por el fuerte abrazo de Wanda, sintiéndose rodeada de seguridad y calidez.

It's okay to let it out sometimesWhere stories live. Discover now