𝑌 𝑂 𝑈 𝑅 𝐴 𝑀 𝑁 𝐸 𝑆 𝐼 𝐴 || "En las noches conmigo recordarás todo, pero durante el día seguirás teniendo amnesia"
Desde que conoció aquella mujer, todo comenzo a cambiar realmente para el, sus animos inestables junto un revoltijo de emoci...
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"Cuando la noche caiga, ven al parque"
Esas palabras lo tenían en la mente, y lo habían mantenido despierto, lleno de emoción con tan solo recordar esas palabras y en como aquella chica se dirigía a el a entregarle algo y cayendo justamente en sus manos.
Y ese justamente "algo" era una nota que contenía un número de teléfono anotado, especialmente, ¡De una señorita linda! ¿Como eso no iba a ser una gran noticia para el?
En sus primeros momentos no sabía cuánto tiempo estaba parado y mirando esa nota, parecía de piedra cuando el se mantenía de esa misma forma, como su estuviera procesando información y al igual que emoción.
Estaba metido en sus pensamientos y mirando aquel número con tanta ilusión y sin saberlo, con una gran sonrisa embobada y su corazón latiendo más de lo normal.
Sin previo aviso sintió un fuerte dolor en su brazo izquierdo, haciendo soltar repentinamente el papel escrito.
- ¡AY, AY AY! ¡ESO DUELE DAI BO! - Se quejó aquel joven su brazo, haciendo muecas de dolor.
- Al fin reaccionas - Comento el con desinterés antes de volver a cambiar su tono a uno más molesto - ¡Estuviste mirando ese papel por HORAS, y los chicos están por salir, y debes de prepararte!
Era cierto que el trabajaba como vendedor de vísceras cerca de una escuela, donde en si no ganaba mucho pero tenía algunos chicos que eran sus fieles seguidores.
Aunque primero, aquella nota...
Vio como estaba a dos segundos en caer al suelo aquella nota y con rapidez intentó alcanzarla para que no sufriera horribles manchas de tierras sobre esa hoja tan sagrada, ignorando el dolor para agarrarla con rapidez de nuevo.
- Ay... eso estuvo cerca.
Suspiró con alivio que no duraría mucho.
- ¡PRESTAME ATENCIÓN CUANDO TE HABLO! - Gritó sobresaltando al pobre chico de campera Blanca, aferrándose a la hoja sagrada - ¡Ya van a salir los mocosos! Vamos, vamos, deja de perder el tiempo con eso.
- ¡Ya voy! - respondió Seven guardando aquella hoja en uno de sus bolsillos de su pantalón.
Tenia que trabajar, es cierto, además necesitaba dinero para pode regalarle algo a aquella chica tan linda que se encontró y tenían en la noche una cita, en el parque.
Además le había dado su número de teléfono, ¡su maldito número de teléfono! Tenia obviamente la oportunidad de estar con una chica, al fin, y quizás cumplir uno de sus sueños de la forma más inesperada.
A pesar de los gritos de dai bo, su sonrisa y su gran obvio buen humor eran realmente notados por las personas e admiradas por estas de como ese joven tenía una gran vibra y se lo notaba energético, los más ancianos le hacían recordar cuando tenían su plena juventud.
