─ chapter fourteen

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— ¿Los conseguiste?

Ante la pregunta de Julián, la de ojos claros asintió— Sí, Alle estaba contenta porque se los eligió ella y eligió unos que tenían dibujitos, así que va a estar chocha cuando se los ponga. —sacó su teléfono mostrándole una foto de la nena con los auriculares puestos que provocó que el cordobés sonriera porque Allegra se veía demasiado tierna.

— ¡PELOTUDO!

Gianna giró rápidamente su cabeza hacia la zona del sillón, sus ojos abiertos de la sorpresa, sin creer lo que acababa de escuchar. La joven de ojos claros se acercó al sillón, junto a Julián, mientras los demás comenzaban a reír ante lo que Allegra acababa de gritar señalando la pantalla de la televisión donde justo aparecía Ambroos dando una entrevista.

— ¡Allegra! —dijo Gianna a modo de reproche llamando la atención de su hija, que escondió su rostro en el pecho de su padrino que seguía riendo— ¿Dónde aprendiste eso? ¿Qué dijimos de las malas palabras? —la chica miró a los jugadores, que estaban completamente tentados, algunos incluso felicitando a la nena como Leandro u Otamendi— ¿Quién de ustedes, pedazo de inútiles, fue? —cuestionó otra vez con su ceño fruncido.

— No dijo nada que no fuera cierto. —el Cuti se encogió de hombros, segundos más tarde soltando un quejido cuando sintió que un almohadón impactaba con bastante fuerza contra su cara— ¡Yo no fui culiada! —se quejó mirando a la chica— No me avivé en hacerlo, mis respetos para el que lo hizo porque alto capo.

— Cristian...

El mencionado soltó una carcajada— Gianna te juro que yo no fui, boluda, Karen no me deja enseñarle esas cosas a Valentino, menos se las voy a enseñar a Allegra.

La escritora los observó a todos con atención, tratando de descifrar quien había sido, pero todos se encontraban igual de divertidos con lo que acababa de ocurrir. Julián a su lado trataba de que no se notara la sonrisa en sus labios, aunque le estaba siendo bastante difícil, el holandés se lo merecía, aunque no era algo bueno que Allegra aprendiera esas cosas.

— Vamos a afuera antes de que mate a alguno de tus tíos, Allegra. —murmuró acercándose a Paulo para alzar a Allegra en brazos, saliendo al patio trasero donde se encontraban las mesas organizadas para la visita, junto a las demás.

Ni cinco segundos habían pasado desde que todas las chicas habían salido, que Paulo, Leandro y Lautaro chocaron los cinco cagándose de risa.

— Ustedes la hacen y yo me como los almohadazos de Gianna, que hijos de puta que son loco. —se quejó el Cuti poniéndose de pie— La próxima inclúyanme mínimo. —agregó provocando que los demás rieran.

Julián negó con una sonrisa, feliz de saber que las dos chicas tenían gente que las quería y las apoyaba de esa forma. Tomando uno de los termos, el jugador del City salió al patio trasero acercándose a la mesa donde Gianna y Allegra se encontraban sentadas con Valentina y Olivia, comenzando a preparar el mate para cuando su familia llegara.

No había pasado demasiado cuando ya todos los familiares y amigos restantes se encontraban en el predio con los jugadores disfrutando juntos de la mateada que habían organizado para festejar el paso de la Scaloneta a los octavos de final donde se enfrentarían a Australia.

— ¿Les dijiste lo de mañana? —ante la pregunta de Rafael, Gianna ladeó su cabeza con curiosidad.

— ¿Decirnos qué? —indagó la cordobesa tendiéndole una galletita a su hija que estaba a upa de la cuñada de Julián.

— Tomo eso como un no, entonces. —murmuró Rafael soltando una risa al ver la mirada que Julián le estaba dedicando. Agustín a su lado ahogó una carcajada.

DELICATE | julián álvarezWhere stories live. Discover now