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Era otro día más, Jeongin se encontraba preparando
los pasteles del día.

— Buenos días, Jeongin, — sonrió el peliazul de mejillas grandes .

Han trabajaba tres días a la semana con él y Minho en la cafetería, el chico estaba ahorrando para su colegiatura de la Universidad, también había llegado a Seúl desde Inchon, para lograr su sueño, que implicaba convertirse en un reconocido diseñador gráfico. Han era un chico amable y educado, aunque demasiado tímido.

— Hola Han, — sonrió el castaño, — ¿Cómo estás?

— Bien, innie¿y tú?— preguntó amablemente.

— Ven, tengo mucho que contarte, — después de
eso Jeongin comenzó a relatarle sobre la visita de su príncipe pelinegro.

— Ow, estoy seguro de que lo volverás a ver, —
dijo el peliazul  — iré a limpiar la vitrina, — anunció el chico.

Cuando Han salió, el castaño se quedó inmerso
en su recuerdo del día anterior, tan perdido estaba
que comenzó a mezclar la harina sin siquiera tamizarla como se requería.

Después entro Minho , que había ido a comprar algunos ingredientes que necesitaban.

— Jeongin! — gritó luego de que el castaño ignorara su saludo inicial, — Date prisa, abrimos en unas horas.

— Oh, yo, — Jeongin se sonrojó y se apresuró a revolver la mezcla para depositarla en el molde. Comprobando la hora se apresuró para los demás postres.

Alrededor de las nueve de la mañana todo estaba
listo, el lugar estaba perfectamente acomodado y
limpio, Han  ya había encendido la cafetera y Minho
ya tenía todo listo para los batidos que a veces les
pedían, el castaño colocó el último de sus pasteles y
con una sonrisa se dispuso a esperar a sus clientes.

El pastel que había consumido el día anterior era
asombroso, probablemente de ahora en adelante
sería su pastel favorito, él pelinegro se preguntaba si
todos los pasteles sabían igual de deliciosos.

Decidido a comprobarlo decidió pasar por la cafetería, Dulce delicia, una vez más.

— Y aquí viene nuestro primer cliente, — dijo Minho dándole un codazo al castaño, que se sonrojó al ver de quién se trataba.

El pelinegro portaba un traje beige, Jeongin pudo
evitar mirarlo mientras el chico parecia examinar los
pasteles.

— Buenos días, — dijo por fin , — Me gustaría
una rebanada de este, — dijo señalando el pastel de
moras, — y una taza de té, por favor.

— En-e seguida se lo llevo, — sonrió Jeongin un poco nervioso. El chico asintió y fue a sentarse a la
misma mesa del día anterior.

— El debe amar tu pastel, — dijó Minho, sonriendo.

— Oh, ¿Tú crees?— preguntó el castaño animado, mientras nuevamente cortaba una gran rebanada.

— Llévale eso a tu príncipe, — dijo Minho, — ahora hablamos.

Cuando Jeongin fue a dejar la orden de Hyunjin, el
chico ni siquiera le dirigió la mirada, parecia bastante concentrado en su teléfono, el castaño volvió a sulugar .

El rubio que lo conocía como la palma de su
mano, lo encontró con el ceño fruncido, y decidió
preguntar.

— ¿Qué está mal innie?—Jeongin pensó en negar, pero sabía que Minho no lo dejaría pasar, — Yo planeaba iniciar una conversación ahí, pero él ni siquiera me miró.

— Ya sé!— exclamó el rubio  — Se me ocurre que puedes grabar tu videoclip ahora, — sugirió, —
y justo en la mesa junto a la de tú príncipe tenemos
el ángulo perfecto.

— Es una excelente idea!— dijo Jeongin animado,— así él me notará.

— Bueno, entonces vamos, — dijo el rubio  tomando su teléfono, él castaño eligió otra rebanada del mismo pastel que había pedido el pelinegro y después se dirigió a la mesa que había propuesto
Minho.

—Hola a todos, — hablo Jeongin hacía la cámara, — el día de hoy les quiero recomendar esté pastel, — dijo mostrando su rebanada, —es un pastel de moras, y está realmente delicioso, visítenos en la cafetería Dulce delicia! — finalizó con una hermosa sonrisa.

— Bien hecho Innie — dijo el rubio alejándose,

— Estaré en la cocina. En cuanto empezaron a grabar el videoclip, el pelinegro los miró con el ceño fruncido, cuando él rubio se alejó, este se acercó al chico que hacía la recomendación del pastel.

— ¿Sabes? Deberías probarlo antes de recomendarlo, — dijo en tono serio.

— ¿Qué dices?—preguntó el castaño casi hiperventilando por el hecho de que su príncipe hablara con él.

— Eso, lo que oyes, — dijo Hyunjin nuevamente, —
este pastel no está lo suficiente esponjoso, sabe mal,pero bueno no te culpo, probablemente solo eres el mesero.

— ¿Qué te pasa?! — exclamó el castaño ofendido, — para tu información yo soy el chef, y mis pasteles no saben mal, mucha gente nos recomienda.

— ¿Ah sí?, pues lo dudo, este es probablemente el pastel más horrible que he probado en la vida, — dijo el pelinegro— y te advierto que si tengo dolor de estómago no dudaré en demandarte. Me extraña
que nadie se haya quejado ya.

— ¿Qué estás diciendo!?— exclamó Jeongin con una expresión enojada, — ¡Nunca vendería un pastel con mal sabor! ¡la gente ama mis pasteles! a diario mi cafetería se llena.

— Oh, tal vez no son los pasteles lo que les atrae
de este lugar, — dijo el pelinegro algo burlón, había
echado un vistazo con más detenimiento, y tenía quereconocer que el chico frente a él era apuesto.

El castaño tardo en procesar sus palabras, cuando
él pelinegro ya se estaba marchando, — Recuérdalo, si tengo el mínimo dolor deestómago, me asegúrare de que esté lugar cierre— dijo intimidante.

— ¿Que está pasando?!— preguntó Minho, pero el pelinegro ya se había marchado.

— Él insulto mis pasteles!— chilló el castaño, — ¡no puedo creer que él se haya atrevido .

— ¿Qué?— Minho tomó la rebanada, — esto se ve bien, ¡qué diablos le pasa! —Cuando Minho miró, algunas lágrimas amenazaban con salir del rostro del castaño,.
— Oh, no dulce, ven aquí— lo tomó en un abrazo.
Cuando logró calmarlo le indicó, — ¿Por qué no
vas a la cocina? Han  y yo nos encargaremos de los
clientes en lo que te calmas.

— Han?— llamó Jeongin mientras se dirigía a la cocina, — ¿Puedes deshacerte del pastel de moras?

— Oye no! la comida no se desper… — el peliazul estaba por protestar pero mirando a Jeongin conteniendo las lágrimas, dejo el asunto.

— No te preocupes, — dijo Han — lo ocultare y me lo llevaré a casa al final del día, mis compañeros de piso estarán encantados. No puede estar tal mal.

Dulce delicia [hyunin]Onde histórias criam vida. Descubra agora