Capítulo 116 || What if Doctor Strange Lost His Heart Instead of his Hands? (I)

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— Pero solo he dicho Buenas noches – respondió en un tono dramático.

— Si a mí me dieran el premio Pulitzer, primero te agradecería a ti por estar conmigo y luego, daría un agradecimiento a mi familia. Por último, diría de una manera breve que me motivo a escribir ese artículo.

— Mmm... suena buena idea. Probablemente te la robe.

— Espero que tenga ligeras variaciones.

— Bueno, empezaré agradecerte a ti y a nuestro pequeño munchky – los dos rieron.

— En serio, Stephen, me siento muy orgullosa de ti a pesar de que no entiendo lo que me dices la mayoría del tiempo. Me haces sentir agradecida por haberte escogido para entrevistarte.

— Yo también estoy orgulloso de ti. Espero que pronto te nominen porque era una excelente periodista, querida.

Kelly se rio por su comentario. Stephen bajo su velocidad cuando se detuvieron detrás de un camión de carga. Strange intento pasar al otro carril, pero su esposa le advirtió del coche haciendo que regresará a su carril a tiempo. El neurocirujano puso su mano en el hombro de la castaña para asegurarse que ella y su bebé se encontraban bien.

— Estamos bien – dijo en lo que volvía acomodarse en su carril –. Están bien.

Ninguno de los dos se dio cuenta del coche iba a toda velocidad chocaba contra el suyo, provocando que terminaran en un barranco. Stephen reaccionó de inmediato, dándose cuenta lo que le había pasado a su esposa, y probablemente a su hijo. Trataba de negarse a la idea de que sus peores temores, en ese momento, se volvieran realidad.

En este universo, Stephen Strange no perdió sus manos, sino su corazón.

Lleno de dolor, Strange buscó respuestas en todo el planeta y las Artes Místicas.

Durante su camino en Kamar-Taj conoció a Wong, Sienna y Ancestral, quienes lo ayudaron en su recorrido en las Artes Místicas. También había descubierto el Ojo de Agamotto, que en su interior contenía la respuesta de regresar a la vida a su esposa. Aprendió sobre el poder que contenía y la responsabilidad que conllevaba.

Y cuando la amenaza llegó y perdieron a Ancestral, Stephen Strange perseveró. El hombre de ciencia se volvió el Hechicero Supremo. Pero a pesar de lo que obtuvo, Stephen Strange no lograba olvidar el pasado.

Stephen observaba el Ojo de Agamotto que se encontraba en sus manos mientras los recuerdos con Kelyani caían como cascada como la lluvia que golpeaba contra el tragaluz. Sacó entre sus cosas una foto de su esposa cuando todavía eran novios y la ecografía con la elegante caligrafía de la periodista que decía Pronto seremos tres.

Recordaba el día que le había dado la noticia porque había salido de una cirugía que había tardado horas. Se había cansado por ello, haciendo que su único pensamiento era regresar a casa a los brazos de Kelyani para contarle cómo había sido su día. Ella había abierto la puerta de su consultorio haciendo que el neurocirujano se acercará para abrazarla. En cuanto se separó, se percató de que se encontraba nerviosa debido a que juguetaba con las mangas de su suéter. Él la agarró de la mano para sentarse en las sillas que eran ocupadas por los pacientes, usualmente.

— ¿Está todo bien? – preguntó preocupado.

— Sí. Perdón por entrar así a tu oficina – se acomodó el cabello –. Christine me dijo que acabas de terminar una cirugía. Debes de estar cansado.

— Sí, estoy cansado. Pero también tengo tiempo para nosotros. ¿Qué sucede?

Ella tomó aire como si estuviera tomando el valor. Metió su mano en la bolsa para entregarle un sobre con el logotipo del hospital en el que trabajaba. Había abierto el sobre con la ecografía y la nota de Kelyani en su interior.

Aimsir || Doctor StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora