Daeron intentó acercarse a hablar con su elfo guerrero cada noche pero Khaleb siempre parecía evitarlo.

Hasta una noche en el comedor de la comunidad donde se reunían para comer, en las mesas ya solo se encontraban únicamente a los elfos que bebían, las mujeres y niños ya se habían retirado a dormir. instintivamente Daeron buscó a ese hombre de tes caoba y pelo largo y negro, y sorpresivamente Kaleb se encontraba mirándolo desde una de las mesas ocupadas por los guerreros. Esa enigmática mirada perforándolo siempre desde la oscuridad. Siguiendo con su mirada fija en cada uno de sus movimientos mientras Daeron escuchaba a Roan relatarle alguna historia divertida.

Había esperado tener la oportunidad de hablar con Khaleb pero no le fue posible. Así que se levantó y se dirigió hacia su mesa.

En una de sus expediciones Daeron había conseguido Uvas Silvestres para Khaleb. Eran sus favoritas y no estaban dentro de sus tierras, tenían que recorrer mucho para encontrarlas. le entregó uvas a Khaleb grandes y sabrosas uvas. Khaleb Sin salir de su mesquinidad. Le dio  una dura mirada con recelo. Esa mirada que le recordaba a esos cuervos astutos que observan desde lo alto de un árbol mientras atraviesas oscuros bosques, con la misma mirada afilada.

—Las conseguí para ti. Se que son tus favoritas. El elfo oscuro permaneció en silencio mientras miraba las uvas con cuidado, sin mostrar ninguna emoción en su rostro. Daeron se sentía incómodo por la tensión en el ambiente, pero sabía que debía ser paciente. —Te extrañe. —Le susurró Daeron con una sonrisa, por debajo de la música y los cantos de algunos elfos.

Daeron se sintió examinado largamente bajo la mirada oscura del elfo, de rostro serio.

—No te dije que te fueras. —su tono de voz no pudo ser más insensible. Daeron se cortó en seco.

—No quería irme. —dijo conmovido. —Pero a veces tengo que hacer cosas que no quiero hacer.

Khaleb fijó su mirada en otro sitio. Aún mostrando frialdad. Mientras Daeron tragaba grueso y sentía en sus oídos los latidos fuertes de su corazón.

Un elfo corpulento se levantó de la mesa, acompañado de todas las elfas que los rodeaban.

—¿Vas a acompañarnos, viejo? —le cuestionó a Khaleb muy animado. Daeron asumió que era el nuevo compañero de aventuras nocturnas de Khaleb.

Daeron miró con recelo como el elfo besaba a su compañera y luego regresó su mirada a Khaleb, alzando sus cejas esperando incrédulo a que respondiera que claramente no iría con ellos a ningún sitio. Pero Khaleb sonrió  adivinando él pensamientos del joven líder.

—Si. Eso planeo. —respondió mirando a los ojos a Daeron. Terminó su bebida un sorbo y se levantó, la hermosa elfa que estaba a su lado lo tomó del brazo y él le la abrazó por se la cintura mientras se alejaron entre sonrisas.

El día siguiente Daeron se dirigió muy temprano al campo de entrenamiento para analizar cómo iban las clases de lucha. Quería saber acerca de los jovenes elfos y su potencial. Pero la verdad era que aprovecho la excusa para acercarse a Khaleb y asegurarse de que estuviera haciendo bien su trabajo.
Sin embargo cuando llegó, los elfos estaban ahí pero no su entrenador. Daeron notó la ausencia de Khaleb en el campo de entrenamiento, lo que no le pareció extraño en absoluto, de hecho se lo había estado esperando. Pero aún así, decidió preguntar a los elfos que estaban allí entrenando.

—¿Dónde está Khaleb? —preguntó Daeron, alzando la voz para que todos pudieran oírlo.

—No lo hemos visto hoy, Su Majestad. —respondió uno de los jóvenes elfos.

Daeron frunció el ceño y decidió iniciar el entrenamiento el mismo, comenzó a enseñarles una nueva técnica a los jóvenes elfos us estaban tan emocionados por tener al líder ahí con ellos, enseñándoles.
Hasta que Khaleb apareció después de media hora.

—Llegas tarde.—observó Daeron, únicamente para él mientras los elfos practicaban entre ellos.

—Tuve una noche agitada. —Respondió con despreocupación.

—¿Ah si? Pues ya no más. —torció furioso. —Te prohíbo que vuelvas a involucrarte en esas fiestas  con elfas y noches de jerga, Khaleb.

—¿Que?—sonrió, divertido, mientras colocaba sus protectores de cuero en las manos. —No puedes hacer eso.

—Si. Si puedo. —replicó en un tono que hizo que desconcertó a Khaleb, entendiendo que hablaba demasiado en serio. —Y continuas asi, también tendré que decirles en la taberna que no te acepten más.

Furioso Khaleb lo tomó por el brazo y solo arrastro a a un lugar apartado. Daeron se deshizo con un movimiento brusco de la mano que se le clavaba en el músculo haciéndole daño.

—Me dijiste una vez que no me aproveche de lo nuestro  para obtener beneficios y ahora estás portándote como un imbesil conmigo, solo porque estás celoso.

Daeron trago grueso. Esforzándose por mantener el contacto visual con ellos oscuros ojos desafiantes. Deseando que no fueran sus celos los que hablaran a través de él.

—No estoy celoso —dijo Daeron, sus ojos plateados destellaron de rabia—.Puedes revolcarte con quien tú quieras. Pero tú Eres el líder de los guerreros y te necesito con todos tus sentidos claros. Debes ser un ejemplo para los demás elfos, Khaleb. Y si tus "actividades sociales" te impide estar aquí temprano y cumplir con tus deberes entonces no puedes hacerlo más.

Khaleb seguía penetrándolo furioso, sin decir nada tomó su espada sin dejar de mirar a los ojos al rubio, sus ojos estaban tornándose aún más oscuros. Y se marchó con su resplandor oscuro al rededor.


 Y se marchó con su resplandor oscuro  al rededor

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⏰ Last updated: Dec 02, 2023 ⏰

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Dakkalfar- Elfos oscuros YAOIWhere stories live. Discover now