Quackity es un estudiante de universidad común y corriente, estudioso aunque no lo parezca, ama vestir en tonos pasteles y a la moda de los 60'/70'/80's. Cómo cualquier chico a su edad, desea enamorarse de alguien que haga que su mundo se agite cuál...
El sol brillaba en todo su esplendor, pasaban de las 9 am y Quackity recién iba a su primer clase. Afortunadamente ese día empezaban algo tarde, lo que le había dado tiempo para arreglarse tal y como quería; acomodó sus medias quedando justo sobre sus rodillas, el clima era agradable así que fácil podía llevarse el conjunto azul que tanto le gustaba usar.
Se miró una última vez al espejo mientras colgaba su pequeña mochila al hombro, hizo una bomba con su goma de mascar y sonrió satisfecho, hoy se miraba más hermoso que otros días.
Tal vez ese día podría conocer a alguien, quizá el destino ya lo miraría a los ojos y le daría su tan esperado romance de ensueño. Ese romance como en las películas, aquel donde tienen citas cursis mientras comen helado o se toman de la mano bajo un atardecer para terminar teniendo sexo en la parte trasera del coche.
Sí, definitivamente quería eso.
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Sus dedos tamborileaban sobre el escritorio gastado repleto de dibujos y pequeños stickers. Jugueteó con uno que comenzaba a despegarse, era la última clase antes del receso y ya estaba ansioso por salir, tenía un hambre del demonio, moría por salir a comprar una hamburguesa o aunque sea una botella de agua para hacerlo sentir mejor. Se sentía deshidratado y a punto de desfallecer.
Aunque, tal vez estaba exagerando un poco.
El timbre sonó y se levantó de golpe igual que sus compañeros que salieron animados por la puerta, guardó las cosas en la mochila sin cuidado y una vez asegurado que no olvidaba nada salió del aula dispuesto a comer algo. Afortunadamente cerca de la universidad había un pequeño lugar de comida rápida y podría ir ahí, volver y comer solo en una de las bancas como siempre. Pero estaba bien, le gustaba su soledad.
Abrió las puertas saliendo directo a la parte delantera del lugar, cientos de chicos charlaban animados, otros más solo comían y algunos... Se comían entre ellos. Frunció la naríz asqueado al ver cómo una pareja se toqueteaba descaradamente frente a todos. Escuchó unas risas y curioso, pero sin dejar de avanzar, miró disimulado; los chicos con pinta de motociclistas estaban ahí riendo ante el espectáculo que montaba la pareja, conocía a dos de ellos, Samuel de Luque alias "Veg", era uno de los chicos con mejor calificación en la universidad. Junto a él, Luzu, el castaño de rubíes que le robaba suspiros a media escuela. Era el único que reía de forma sarcástica y podía asegurar que aburrida.
Apretó la mochila a su hombro cuando los rubíes se fijaron en él, la sonrisa se borró por completo, siendo reemplazada por una barrida con la mirada.
¿Lo había analizado de pies a cabeza?
Se sintió ofendido por alguna razón, nadie nunca lo había visto de aquella manera y si lo hacían terminaban dándole halagos. Desvió la mirada con gesto de desagrado, no entendía como ese imbécil podía tener a tantas chicas y chicos detrás de él. Podía asegurar que era un maldito hijo de puta.
