-Prólogo-

603 59 2
                                    


Desde lo que ocurrió en New Bostin he estado pensando ¿Que hubiera pasado si Claire no se enteraba de mi habilidad?

Quizás no habría lastimado a todos

Quizás...
Yo no sería un monstruo

John estaba recostado en su cama reviviendo todo lo que hizo ese día. El perdió la razón, lo sabe. No tuvo que haber dañado a esas personas que se hacían llamar compañeros. No pudo controlarse.

Todo eso ¿A qué costo? Aún cuando ellos lo atacaron primero. Aún cuando eran sus amigos; pasaron tantas cosas juntos y de todos modos lo atacaron por la espalda. Las malditas clases de reajuste fueron un infierno, no valía la pena arriesgarse. No...

- ¡John! ¡Es hora de la cena!- Hablo su padre desde el comedor cortando su línea de pensamiento.

- ¡Voy! - John se levantó de su cama y salio de su habitación rumbo al baño, su caminar era pesado, lleno de pesar y desánimo. Una vez que llego al baño se lavo las manos lentamente, los recuerdos seguían persiguiendolo; por un momento se detuvo a ver su reflejo en el pequeño espejo encima del lavabo, se veía mal; su cabello revuelto, grandes ojeras debajo de sus ojos, y uno que otro rastro de lágrimas se podían ver en su blanco rostro; con disgusto desvío la mirada. Antes de salir del cuarto de baño se lavó la cara, tratando de verse al menos un poco presentable y no parecer un hombre muerto. Una vez que termino se dirigió al comedor, caminó lentamente, pasos arrastrados y flojos; no quería hacer nada, no se sentía de humor para hacer algo, tan solo quiere dormir y tratar de olvidar lo que pasó. Ya en el comedor, donde se encontró con su padre y su característica sonrisa alegre, dejó caer su peso en una de las sillas de la mesa.

- John ¿Cómo te sientes? - Su padre le preguntó, preocupado por él. La preocupación y la tristeza se podían ver a través de sus ojos grises. Su hijo estaba mal, lo veía, pero no podia hacer nada si John no se abria con él.- Has pasado mucho tiempo en tu habitación hijo, desde las clases de reajuste te he visto muy... decaído, ¿qué ocurre John? Sabes que puedes confiar en mi...

- Estoy bien. - John corto el sermón de su padre, ya lo habia escuchado más de un millón de veces, no es que no apreciará la preocupación de William, pero estaba cansado. El menor desvió la mirada, se sentía impotente, impotente por preocupar a su padre con cosas innecesarias, impotente por no poder dejar todo atrás y continuar con su vida, impotente por sentirse solo aun con el apoyo de su padre, impotente por dejar que sus emociones lo controlaran y herir a otros.

- John... Si necesitas hablar sobre algo puedes decirme. - William habló, esperando que así su hijo le dijera lo que pasó en ese lugar.

-Estoy bien, papá; no hay nada de que hablar. - John estaba decepcionado de si mismo; le falló a su padre, se falló a si mismo; pensó que tenía el control, que él no sería capaz de herir a otros de tan inhumana manera. John se quedo callado el resto de la cena, comiendo lentamente la comida preparada por su padre, en silencio, hasta que William lo llamó una vez más.

- Hijo yo... -suspiro- Ya hablé con el director de Wellston high y dijo que podrás inscribirte el mes próximo. - William dijo, esperando que eso le levantará el ánimo a John.

- Bien, gracias por decirme, papá; iré a estudiar a mi cuarto. Por cierto, la comida estuvo deliciosa. - John dijo dándole una pequeña sonrisa.

- Gracias, no te exijas demasiado y descansa John. - William despidió a su hijo con una sonrisa; una que no reflejaba su estado de ánimo, estaba triste y preocupado por su hijo, rogaba que John mejorará en Wellston, rogaba porque su hijo fuera feliz.

- Está bien, tú también descansa papá. - John se levantó de su silla y caminó a su habitación para pensar en lo que debería hacer en su nueva escuela, ¿debería hacerse pasar por una persona sin habilidad o debería aparentar ser un nivel medio?, si no lo piensa detenidamente podría pasar lo mismo que antes, él ya no quiere más problemas...

- Tiempo -Où les histoires vivent. Découvrez maintenant