CAPÍTULO 4 🍹(1/3)🍹✉

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Con paso firme y decidido a arrasar, entró a mi vida un hombre que aún desconozco ¿quién rayos es? Pero que no se inmuta ante mis preguntas, mi seriedad y mi nulo ánimo. Así es como el destino me cobra las que no sabía le debo... jugando con mi mente y mi destrozado corazón.

En fin, el ingrato de mi ex, quién no ha dejado de llamarme un solo día, de escribirme idioteces y de buscarme en la tienda por las tardes, al mismo que he ignorado. Porque, como es de esperarse no voy a dejar que vuelva a jugar con mis sentimientos.

Ahora, ansío que a mi regreso no me moleste y que por fin desaparezca. La verdad ya me harté de sus constantes apariciones en mi día a día. En serio, necesito que me deje en paz o conocerá mi lado oscuro.

Por lo menos, junto a mis adorables abuelos me siento mil veces mejor que encerrada en casa triste y viendo pelis de drama dónde alguién muere, lo cuál usaría como excusa para derramar lágrimas de nostalgia por la ausencia de mi madre, por mi continua soledad o por una traición que no vi venir pero que me hirió mucho, en todos los sentidos.

A fin de cuentas, el hado hace lo que desea con las personas. Les enseña a valerse solas, a crecer, a vivir, a reír o a caer, destruirse, deprimirse y aislarse. A veces siento que tengo parte y parte de todo eso en mi existencia.

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Mis abus me la jugaron bien ¡esos dos me las pagaran!

Sergio me hace a un lado y saluda efusivamente a ese sujeto que sigo considerando enigmático.

-¡Marcelo hijo, que bueno que pudiste venir a visitarnos! -dice el abuelo súper feliz.

Observo todo en cámara lenta y toda perpleja.

¡No me jodas! ¡Este ya se ganó a mis abuelos y no sé ¿quién rayos es?!

-¡¡Machote, has crecido en los últimos seis meses que no nos hemos visto!! -le coquetea la abuela amasando sus biceps.

Y me quedo: Was?¹

Asorada retrocedo hasta que la parte trasera de mis piernas choca con el borde del sofá lo que me obliga a sentarme de golpe.

¡No me lo creo!

Unos minutos después, de que ese par de ancianos acaparase la atención de cierto hombretón y que al fin decidiesen saber de mi existencia entonces se despidieron de él.

-Venga, ya es tarde. Los quiero de vuelta antes del alba o al menos con todas sus prendas en el cuerpo. -nos informan los mayores, repasándonos de arriba a abajo.

¡Por todos los soles fríos de Alemania!, ¿a estos qué les picó?

Me ayudan a poner en pie, besan mis mejillas y nos empujan hacia la salida.

¡Jajajaja!

La locura de ese par me desespera, al verme a solas con este desconocido que escuché llamaron: "Marcelo". Lindo nombre, por cierto. Pero, sigo en las mismas.

¿De dónde salió? ¿Cómo, dónde y desde cuándo se conocieron?

¡Ay, por Dios Santo!

Quiero gritar para desatar el nudo que se me formó en la garganta, pero da el caso que no puedo casi ni respirar.

Ellos saben muy bien que este invento no me gusta.

Hermanas perdidas. HC.[7/2/2023](¶∆¶) ∆Editando de a poco∆Onde histórias criam vida. Descubra agora