— ¡Juli! —Allegra se tiró sobre él, provocando que Julián riera mientras la alzaba en sus brazos, poniéndose de pie y dejando besitos en su cabeza con suavidad.

— Hola, hermosa. —la saludó, tocando la punta de su nariz soltando un "pop" como si fuera un botón, todo bajo la atenta mirada no solo de Enzo y Rafael, sino también del resto de la familia, cuya atención había sido llamada por el grito de Allegra y la voz de Gianna.

— Alle, hija, te dije que no corras, te vas a caer. —la cordobesa soltó un suspiro, negando con su cabeza, para luego ver al futbolista del City— Hola, Juli. —saludó con una sonrisa tímida— Hola, Enzo. —el jugador del Benfica agitó su mano con una sonrisa a modo de saludo, alzándola para que Allegra le chocara los cinco.

— Hola Gia. —respondió el cordobés, abriendo se brazo libre para que pudiera acercarse a saludarla, tomando por sorpresa a Gianna cuando la rodeó en un cálido abrazo. Una sensación de confort recorriéndola de pies a cabeza.

— Ah bueno. —susurró Enzo tratando de aguantar la risa, ¿dónde había quedado el Julián tímido que no quería acercarse para no joder? La magia de tenerlas cerca, claramente, porque Enzo había notado que cada vez que Julián estaba junto a ellas, estaba mucho más suelto, más relajado y tranquilo.

Fue Rafael aclarándose la garganta el que llamó la atención de ellos, provocando que rompieran el abrazo. Gianna dejó de mirar a Julián, para mirar al chico que lucía demasiado igual a él, por lo que supuso que era su hermano y pudo sentir como su rostro se calentaba y se ponía rojo por la vergüenza.

— Gianna, este es mi hermano, Rafael. —lo presentó Julián, al notar las miradas de los otros miembros de su familia se giró para señalarlos— Esos de ahí son mis viejos, Gustavo y Mariana, mi hermano Agustín y ella es Agustina, mi cuñada, la mujer de Rafael. Ella es Gianna, la hermana de Paulo Dybala.

Gianna los observó con una sonrisa dulce— Es un placer conocerlos.

— Sos cordobesa también, ¿no?

— Sí, aunque no sé si se me nota tanto la tonada ya, me dijeron que la perdí un poco.

— Naaah, se re nota.

— ¿Y esa nena hermosa? —preguntó Mariana parándose para acercarse a Julián que seguía teniendo a Allegra en brazos, que al ver a la mujer se escondió toda tímida contra el pecho del jugador— ¿Cómo se llama?

— Allegra, es la hija de Gianna.

— Es muy linda, me la como a besos. —Agustina también se había parado junto a su suegra, completamente enternecida por Allegra— ¿Cuánto años tiene? —preguntó mirando a Gianna.

— Tiene dos, en enero va a cumplir los tres.

— Como el Juli. —dijo Gustavo observando a la nena con una sonrisa desde su asiento.

— ¿Querés un mate Gianna? —la pregunta de Agustín llamó su atención, y al ver la mirada indecisa de la cordobesa Julián se giró para mirarla, soltando una risita.

— Lo preparé yo, si estás preocupada por eso, te va a gustar. —sintiendo la mirada de su familia, Julián señaló a Gianna con su cabeza— No le gusta el mate, el único que le gusta es el que preparo yo.

— ¿Cómo que no te gusta? —cuestionó Rafael incrédulo, si se suponía que era algo que le gustaba a todos los argentinos.

— Viste, es re rara esta. —dijo Enzo riendo, y justo en ese momento se acercaron Valentina y Olivia que habían ido a buscar agua con otro termo. Valentina se acercó a saludar con entusiasmo a Gianna y Allegra, para luego tenderle el termo a su pareja.

DELICATE | julián álvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora