23. UNO SOLO

13 3 3
                                    


Chupó la punta rozada de mi pecho, mientras sus dedos se movían agiles en mi sexo. Respiré agitada, envolviéndome de cada sentir que provocaba en mí.

—Te gusta torturarme...—logré articular, tensionando mis piernas.

—¿Por qué lo dices, amor? —besó mi mejilla—. ¿No te gusta? ¿Soy brusco?

—Brusco es...una palabra que... un extranjero no debería saber tan fácilmente... ¡Ay! —me aferré a sus hombros, escondiendo mi rostro en su cuello.

—Si no te gusta...

Negué, sintiendo un cosquilleo intenso que en pocos segundos estallaría. Clavé mis uñas en su piel, gimiendo tan alto en cuanto el nudo se deshizo. Eché la cabeza hacia atrás, liberando mi cuerpo de todas las sensaciones pesadas e innecesarias hasta ese momento. Respiré profundo, con el corazón agitado y a la vez débil. Besó mis labios castamente y en cuanto se separó, abrí mis ojos.

—Te gusta torturarme—repetí.

—¿Eso crees? —asentí—. ¿Por qué exactamente?

Tomé aire, aligerando la respiración.

—Porque te tomas tu tiempo conmigo... Siempre.

—El sexo no se trata solo de penetración y ya, amor.

—Lo sé. Es solo que muchos lo primero que piden es que se las chupen y ya, a lo que sigue. Van a lo que van.

—Porque son egoístas. Es cierto que hay muchos que solo piensan en su propia satisfacción, pero existen otros que les gusta tratar bien a sus parejas, no solo usarlas como objetos. Los hombres podemos llegar al placer mucho más rápido, pero lograr que una mujer se sienta satisfecha se necesita esmero. Se necesita tocarlas apropiadamente, saber dónde, cómo... Solo los idiotas no se esmerarían en hacer sentir bien a sus parejas antes que pensar en ellos mismos. Se trata de una conexión, Virza. Y a mí me gusta esmerarme contigo. Escuchar decir mi nombre, ver tus mejillas sonrosadas y apreciar cuando tu cuerpo se siente extasiado es una maravilla que me vuelve loco. Es la mejor de las maravillas, amor.

Depositó otro beso en mis labios. Svahn me enamoraba cada segundo más.

Nuestro momento íntimo continuó. Mientras lo besaba toqué su miembro. Balanceé mi mano por todo el tronco, jugando con él un rato. Después se dispuso a ponerse el condón. Me acomodé, con el corazón latiéndome frenético. Podía haber tenido sexo con él en varias ocasiones y, aun así, siempre sentirme como si fuera la primera vez. Se acomodó, rozando su miembro por mi humedad. Jadeé, ante su contacto. Me tomó de las piernas, entrando lento. Cerré mis ojos. Enseguida comenzó a moverse. Mis gemidos entraron en acción. Svahn se movía delicioso, aumentando la velocidad poco a poco. Sus manos sostuvieron mis tobillos, embistiéndome placenteramente. Lo observé. El brillo de sus ojos, su cabello despeinado... Era la imagen más sexy que haya visto jamás.

Arreció el ritmo. Jadeé irregularmente, apretando mis manos al sofá. Se inclinó para besarme y continuar con los movimientos que lo hacían sentir mucho más profundo.

—Ay... puta madre...—farfullé, rodeando mis brazos en su cuello, viniéndome de nuevo.

***

Svahn tenía toda la intensión de dejar su huella en mi piel. Me besó, mordiendo mi labio, mientras me abrazaba fuertemente. Nos estábamos duchando. Era divertido porque el baño era pequeño y Svahn demasiado alto, así que tenía que estar inclinado para no golpearse la cabeza con el techo. Eso era lo que pasaba cuando mides 1.89.

Mi pensamiento estaba enfocado en él. No pensaba en decisiones ni nada más que en él. Disfrutamos de nuestro momento juntos, de nuestro tiempo romántico, priorizando el amor que nos teníamos porque era importante hacerlo.

Nunca Correcta© (#2)+21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt