Vorágine: Mi Mente y Yo.

Prologe: El inicio de un Vorágine.

Estire mi espalda de nuevo y volví a tomar de la taza que tenía en mi escritorio, tomar café para mí es como fumar; me quita el estrés acumulado.
Dejé de lado mi dibujo para acostarme boca abajo en la cama a reflexionar cosas que realmente no tienen nada que ver con mi situación actual, cuando escuché la voz de mi tía, la cual acababa de llegar, bajé las escaleras encontradome con mi tío, el cual me saludó cortésmente, seguido de la peliazul con algunos vendajes.

-Hola pequeña, te llegó correo.

Maldición...

Pensé. Mire la carta con impotencia. Mi padre me mandó en contra de mi voluntad a la mejor escuela de héroes de Japón, yo quería hacer el examen mal, pero mi padre sabe muy bien que tengo un orgullo imparable. El problema de todo esto es que no quiero ser heroína, es muy común y además no me interesa, hice una promesa y pienso cumplirla. Tomé la carta agradeciendo y la abrí en cuanto llegue a mi cuarto, observando el mensaje del mejor héroe de todos los tiempos y blah blah blah, me aceptarían, clase A y que tuve una buena puntuación, todo el tiempo me la pasé criticando en mi mente, los héroes me irritaban, fingiendo sonrisas, haciéndolo todo por fama, además son arrogantes cuando están fuera de personaje, como los actores e influencers.

-¡Tía! ¿Puedo salir un momento?.
-No tardes. Cuidate.

Tomé cosas necesarias guardandolas en la chaqueta que me acababa de colocar y salí rumbo al pequeño restaurante cerca de mi casa -la cual, oh sorpresa, se encontraba también cerca de la UA, tan solo unas cuadras lejos se mostraba la escuela-.

Observé las calles de este nuevo lugar, el cielo estaba ligeramente nublado y podía escuchar las aves cantando, el pan se olía a varios metros de distancia, realmente un lugar bonito.
Al llegar al restaurante tardaron solo unos minutos para que llegara el caranchoa cabello de menstruación del mesero: mi mejor amigo Katsuo Kocho, al cual al verlo no pude evitar sonreír.

-Llevo dos horas esperando. -Reproche en tono burlón.
-Creímos que un vagabundo había llegado y me mandaron a echarlo.
-... -No supe qué responderle. -¿Cuál es el especial de hoy?.
-Biscuits preparados por mí y café americano o lechero.
-¡¿Pan preparado por tí?! ¡Es música para mis oídos! Dame eso y lo de siempre.
-Entonces un especial lechero, un café capuchino y una rebanada de pastel con fresas ¿Desea algo más?.
- A tí bombón. -Bromee seguido de un guiño, a lo cual él me siguió el juego.
-No estoy en la cartilla, pero mi descanso es en diez minutos.
-Soportare la espera.