30 Minutes

113 14 5
                                    

La infancia de Jeong fue dentro de todo feliz, sus padres lo amaban al igual que sus hermanas y a pesar de la pobreza siempre encontraban una forma de cenar juntos y compartir sin problemas, dando igual lo que tuviesen para comer, todo lo compartían.

Luego de destacarse en el ejército, obtener una beca de estudio para formalizarse y ascender en cualquier meta que se proponía, Jeong se vio frente a una oportunidad única que no pudo rechazar. El manager del mismísimo Yun Kin lo había contactado para el trabajo de guardia de seguridad. Jeong estaba demasiado sobrecapacitado para ese trabajo y con sus logros ya había sido capaz de comprarles una casa a sus padres y asegurar la universidad de dos de sus hermanas menores, pero no era con la intención de ascender por lo que aceptó enseguida. Fue por que Yun Kin había aparecido en su vida hacía unos años.

Jeong no perdía una buena oportunidad de estar con una mujer, pero le aburría un poco, sentía que no era capaz de enamorarse o sentir esa pasión que sentía con su carrera militar y sus entrenamientos. Un día, saliendo de la ducha comenzó a ver videos recomendados mientras se secaba el cabello con la toalla y entonces escuchó una voz suave, melodiosa y a la vez cansada. Tomó el celular echandose en la cama para ver de quien se trataba.

El título "30 minutes - Yun Kin" y en el video un chico con la piel tersa, ojos profundos y cintura marcada, cantando como si estuviese derritiendose mientras se movía de formas delicadas. Jeong no se había dado cuenta de su expresión al terminar el video, con su boca entreabierta y sonrojado. Enseguida buscó más y más videos hasta ver cada entrevista y presentación musical. Sentía el corazón latir con fuerza y se tapaba la boca, frunciendo el ceño por lo extraño que se sentía habiéndole pasado eso con un hombre. Al principio se negó seguir viendo al cantante de aquella manera, pero luego de unas semanas, simplemente lo aceptó. Era otro fan de Yun Kin y su rostro perfecto.

Sus padres se extrañaron con su decisión de trabajar como guardaespaldas pero no dejó que le cuestionaran mucho, el dinero era bueno y todavía era joven. Además, no pudo estar más seguro de hacerlo luego de ver a Yun sentado frente a él, examinandolo con la mirada. Jeong estaba agitado pero supo disimular bien y él resto simplemente sería disfrutar de verle en persona todos los días que pudiese.

Claro que nunca estuvo en la cabeza de Jeong la posibilidad de aquello que estaba ocurriendo ese viernes por la noche. Los labios de su idol recorriendo los suyos con aliento a fresa y whisky, su respiración agitada, desesperado por Jeong, fue tanto que creyó que era un sueño por un momento, convenciendose de que disfrutaría tanto como podía.

Luego de llegar a la habitación, Jeong dejó caer a Yun en la cama, quedando este recostado, con la remera doblada dejando ver su abdomen y las piernas abiertas. Jeong se pasó la mano por su rostro al ver la expresión de Yun, sus ojos dormidos y la boca entreabierta con una erección que divisaba en su pantalón de pijama y su piel suave iluminada por las luces color mandarina de la ciudad.

Era como si tuviese sus postres favoritos frente a él, no sabiendo por dónde empezar y mirando a Yun hambriento. Yun no aguantó más estirando sus brazos para ser abrazado por Jeong, quien se quitó la camisa rápidamente, sacando los dos últimos botones de la ansiedad y enseguida correspondio su abrazo, apretandolo suavemente mientras se recostaba encima. Vio sus ojos, todavía llorosos, con las pestañas húmedas, lamiendo una pequeña lagrima que se deslizaba por su mejilla y volviendo a la boca de Yun con sus labios abiertos. El beso lo tenía excitado, moviéndose entre las piernas de Yun insistente. No era suficiente. Se separó para quitarle la ropa sin mayor dificultad, haciéndo sonrojar a Yun y taparse pero Jeong tomó sus muñecas sin dejarlo, viendo su cuerpo de forma lasciva mientras se lamia los labios, Yun era todo suyo en ese momento.

No tardó en besar su cuello, lamer sus clavículas, bajar por la línea de su abdomen y besar un lunar que tenía más arriba de su miembro y bajo el ombligo. No lo pensó dos veces y se echó a la boca el miembro de Yun haciéndolo gemir. No le costó hacerlo profundo, podía devorarselo, comprobando que además de su saliva, su líquido también era dulce, lo cual le enloqueció.

Body&GuardWhere stories live. Discover now