2. Manzana

3.3K 326 66
                                    

Rubius estaba abotonando la camisa lila de algodón de su cachorro quien se encontraba tranquilo mientras su papá lo vestía.

—Eso es... listo, pero mira que guapo que estas —elogio el hibrido dándole un beso en su sien a su hijo, Spreen agacho la mirada agarrando su camiseta intentando quitársela —ah ah ah, no Spreen ni pienses en quitártela, vamos a tomar el sol juntos afuera en la naturaleza y no quiero que ensucies tu camiseta, tienes solo 3 camisas de algodón y no pienso lavar ninguna esta semana —aclaro mientras alistaba en su inventario una manta y una merienda —listo, Vegetta ya debe de haber comenzado sin nosotros, venga vámonos —tomo a Spreen y salió por la puerta principal.

Un día antes Vegetta le había sugerido la idea a Rubius de salir al aire libre ya que quería reconstruir la cuna de su cachorro y necesitaba madera por lo que mientras que el talaba algunos árboles él se relajaría con su bebé y así estar cerca uno del otro.

El sol sobre sus cabezas indicaba el medio día con un viento fresco y un pelinegro talando arboles a lo lejos, no quería interrumpir a su pareja por lo que opto en ir a verlo de cerca, pero a unos 10 metros de distancia para no molestarlo y también para que no le cayese un árbol a él o a su bebe por accidente, aunque conociendo a Vegetta sabía que era muy cuidadoso a la hora de hacer algo peligroso cerca de ellos, pero a veces era mejor prevenir que lamentar.

Al llegar busco un árbol que les pudiera dar sombra y al encontrarlo bajo a Spreen con cuidado, coloco la manta en el pasto procurando que no hubiera piedras debajo que pudieran lastimaran a su bebe y con eso listo se acomodó y sentó a su bebé entre sus piernas en dirección al pelinegro, sacaría la merienda para después, por ahora solo se relajaría, así como no lo hizo toda la semana por estar al pendiente de su cachorro.

El hibrido no quería hacer nada ese día y solo se mantuvo recostado jugando con las manos de su bebe.

Luego de una hora la brisa del viento y calor provocaron en el hibrido mucho sueño por lo cómodo que se encontraba, se acercó al tronco recargándose en este pestañando pesadamente hasta que sus ojos se cerraron por el cansancio quedándose dormido con su bebé en brazos para que no se alejara.

Y su bebe aprovecho esto, desde hace rato Spreen empezó a sentir hambre por ende estaba incomodo, miro a su papá dormido quien tenía puesto su sudadera blanca favorita. Tenía hambre y quería tomar leche, Rubius había traído su biberón, pero estaba en su inventario y dormido no iba a poder sacarlo.

Spreen como pudo se safo del agarre de su papá volteando su cuerpo quedando frente a él, estaba en sus piernas por lo que le fue fácil levantar con sus manitas la sudadera y entrar dentro de ella trepando hasta estar a la altura del pecho de su papá, con un brillo en los ojos y baba cayendo de sus labios empezó a chupar un poco de leche ronroneando en el proceso.

Rubius estaba profundamente dormido por lo que no sentía la succión de uno de sus pechos.

Spreen al sentirse lleno dejó de amamantar del pecho de su papá salió de su sudadera al sentir calor, se sentó de nuevo en sus piernas y al ver a lo lejos al pelinegro empezó a gatear en su dirección.

Vegetta acababa de terminar de talar su quinto árbol para tomarse un tiempo, consiguió más madera de la que necesitaba, sin embargo, además de la madera para la cuna de su hijo quería un poco de reserva, nunca se sabía cuándo la necesitaría. Miro a sus espaldas a su pareja dormido bajo un árbol y a su cachorro gateando alejándose de él.

Fue buena idea descansar solo un momento, de no ser así no hubiera visto a Spreen lejos de Rubius, su pequeño sí que era un escurridizo.

Dejo su hacha y camino hasta su bebé, al llegar lo tomo de las axilas y lo hizo saltar en el aire atrapándolo entre sus manos, le encantaba a su pequeño que le hiciera eso, sentirse tan libre desde tan alto le provocaba risas. Vegetta lo mantuvo un rato más levantado para luego bajarlo a la altura de su pecho poniendo un brazo debajo de él y con el otro sujetando su espalda para que no se cayera.

Rubegetta FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora