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13 de diciembre 1979
Luego de la improvisada boda, Sabrina fue expulsada de su hogar bajo la mirada decepcionada de sus padres, quienes no dudaron en descargar unas cuantas maldiciones sobre ella antes de que partiera. Su hermano Evan Rosier, por el contrario, se sintió feliz de que su hermana menor no se casara con un anciano decrépito y se marchara a vivir tan lejos que dudaba volver a verle. Él, de cierta manera, veía venir su matrimonio a escondidas con Regulus, pues al ser cercano con ambos había notado su ferviente amor.
A pesar del gran disgusto, no fue repudiada de la casa Rosier. Ya que, si bien habían dado mucho de que hablar y su relación con familias poderosas de Bulgaria quedó arruinada, ella contrajo nupcias con un rico sangre pura que, además, era mortifago.
En pocas palabras, los padres de Sabrina cortaron lazos con ella pero su nombre aún figuraba en todos los papeles familiares.
Ahora, la feliz pareja residía en el hogar ancestral de la familia Black, donde habían sido recibidos de igual manera que en la mansión Rosier. Solo que en este caso con menos severidad, el matrimonio que concretaría Regulus no era tan importante.
Otro factor que alteraba la importancia era quién había decidido terminar con el acuerdo, cuándo la ex-Rosier lo hizo fue mal visto, cuándo Regulus lo hizo las repercusiones cayeron sobre la familia de la desconocida.
Tanto Sabrina como Regulus habían finalizado su último año hacia meses ya. Ahora, él pasaba sus días en horribles misiones mortifagas y ella se refugiaba en casa, esperándole para fingir por unos momentos que el miedo y la guerra no existía.
Una las actividades favoritas de ambos era sentarse frente a la chimenea mientras ella le contaba hermosas historias de fantasía, generalmente con ellos como protagonistas. Regulus podría estar horas mirando su rostro iluminado por el fuego de la estufa, según él la luz cálida que esta otorgaba hacía que sus ojos, extrañamente, se oscurecieran. Otra cosa que había notado, era como la colorida personalidad de su esposa contrastaba con la fría y amarga de sus padres, y hasta él mismo.
Ella, por otra parte, había notado lo extraño que él había estado los últimos días. Se mostraba tenso y más misterioso de lo normal.
— Ma princesse —Habló Regulus rompiendo el silencio, ambos estaban en la sala leyendo—, hoy debo encargarme de unos pendientes.
— De acuerdo —Respondió Sabrina dejando de lado su libro para mirarlo, él jamás avisaba que iba a hacer algo, simplemente lo hacía en silencio—. ¿Se relaciona con el Señor Oscuro?
