— Lo siento, cosa fea, pero debo irme ya. — toma en brazos al gato de tonalidad gris, cargándolo como si se tratase de un bebé y apoyando su nariz en la del animal. — Nos veremos más tarde.

El gato refriega su mejilla contra la de Satoru, soltando pequeños ronroneos cargados de cariño.

Al principio no hacía más que mirarlo con asco, pero con el tiempo se fue encariñando y ahora la mayoría de su sueldo lo gasta en él. Últimamente tiene ganas de adoptar otro gato... quizás esta vez considere tener uno con pelo y menos feo.

Antes de salir de su apartamento toma su teléfono y le marca a Shoko, avisándole que va en camino para pasar a recogerlas en su automóvil.


Su mirada violeta recorre cada una de las luces que iluminan las tiendas del mercado, percatándose de que se le ha hecho bastante tarde al mirar el oscuro cielo

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Su mirada violeta recorre cada una de las luces que iluminan las tiendas del mercado, percatándose de que se le ha hecho bastante tarde al mirar el oscuro cielo.

Suguru termina de comprar los vinos que Haibara le encargó, guardando la billetera en el bolsillo de su chaqueta y tomando las bolsas de plástico. Como siempre, terminó atrasándose, recordando con estrés que había prometido ser uno de los primeros en llegar a la fiesta.

Nanami lo llamó hace unos días para decirle que tendrían una cena con personas que ellos consideraban especiales, al menos, estarían solo las familias más importantes para los Kento. Suguru se sintió muy halagado con la invitación, hace mucho no se reunía con todos y en la última fiesta no pudo saludar a la mayoría.

Está ansioso, porque sabe quiénes estarán ahí.

Corrección, sabe que Satoru estará ahí.

El contacto cero le hizo darse cuenta de que aquella noche fue un idiota, le daba una horrible vergüenza recordar la forma en que le rogó. Ah, nunca debió haber dicho lo que dijo, empeoró la situación.

Este tiempo le tocó vivir el duelo de aceptar que no podría volver a tener algo romántico con Satoru, porque no sentía lo mismo que él. Ha pasado por rupturas amorosas y le han roto el corazón un par de veces, no es como que fuera a morir de amor.

No sabe si ha podido superarlo al cien por ciento, porque no lo ha vuelto a ver. Desde esa noche, hace seis meses atrás, que no ha escuchado su voz ni se ha topado con sus celestes ojos. A pesar de compartir el mismo círculo de amistades, no ha vuelto a saber de él.

Ahora que la culpa no está, sus sentimientos parecieran haberse ido y no tiene miles de voces diciéndole idioteces en el oído, tiene todas las intenciones de poder al menos tener una conversación amistosa con Satoru. Siempre disfrutó de su compañía fuera de lo romántico, era un muy buen colega de fiestas, solían reírse de los mismos tipos que veían en la calle, contarse secretos y disfrutar del otro; le encantaría que aquellos momentos se repitieran, por supuesto que desde la amistad.

Todo ha marchado bien en su vida. Tiene un trabajo estable, gracias a su rol de barista pudo conocer a nuevas personas y vive una vida sin problemas. Otra cosa importante, ha comenzado a asistir con un terapeuta y a pesar de que lleva un par de meses, piensa que es reconfortante el poder sanar y saldar cuentas con temas tan personales y propios.

❝Save Your Tears❞ 「SatoSugu」Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt