12: trono.

210 40 5
                                    


El plan de ir a descansar a casa se habia arruinado.

Solo pude sonreir, guardando las miles de maldiciones que queria decirle a esa infeliz.

Jungwon no pudo evitarlo cuando los guardias me escoltaron amablemente al palacio de la reyna a un lado del palacio imperial.

Solo espero que consiga ayuda.

-Denle un pañuelo, no quiero que manche el suelo con su sangre sucia.-fue lo primero que sus labios finos soltaron con desdén.

Kim Rose, con un vestido azul marino de terciopelo que llagaba al suelo, y su escote decorado con pequeños zafiros. Me miraba con tanto odio y repulsión, que la mirada de Yeonjun e incluso Hyunjin a su lado eran un chiste.

-Alejate del principe, o lo lamentaras, bastardo.-continuo directamente.

Casi me rio, casi.

-Ni usted majestad, ni el, no me interesan, ni su estupido trono.-aseguro, con tono tranquilo, aunque la picazon de mi garganta hace que mi voz sea mas gruesa que de costumbre.

Era la primera vez que la veia en persona. En las fiestas, para mi suerte, nunca la habia cruzado.

Espinas a mi alrededor, axficiandome, eso sentia cuando ella me miraba.

-Andas tan libremente alrededor del principe heredero, como una sanguijuela, cuando eres el hijo de una desgraciada de la calle.

-No hable asi de mi madre.

-Oh, lo hare todo lo que quiera. Y tú, te dare el castigo que tuviste que tener desde que estuviste en el vientre de esa maldita.

Se que va a lastimarme pero no puedo hacer nada. No soy nada aqui.

No quiero sentir mas dolor que el que ya me recorre. Quiero escapar.

Dos hombres, los guardias, se acercan y me cubren la boca con un trapo antes de atarme las manos con sogas.

-Llevenlo a la torre del norte, me encargare de la basura mas tarde. Ahora, tengo una reunión importante y me distraen.

Las cuerdas cortaban mis muñecas ya dañadas.
Mis dedos goteando ese liquedo rojo que tanto odiaba en el pasado, ahora no era nada.

-Si solo te hubieses quedado escondido... Y no fueras una amenaza para mi hijo, eres un estupido.

Siento que el pañuelo me ahoga, y se que mi presion esta bajando. Voy a desmayarme.

Ellos deberian estar aqui. ¿No van a encerrarme? ¿Yo voy a... Morir?

Tiemblo ante la idea de ver esa oscuridad otra vez, y el sudor recorre mi cara.

Me arrastran afuera de la habitación, distingo a traves de mi nublosa vista, por pasillos interminables hasta bajar las escaleras y mi rostro choca con el aire primaveral.
Damos un par de zancadas por un suelo de cemento, cuando escucho unos pasos mas lejanos con mas prisa.

-Oigan ¿Qué creen que estan haciendo?-esa voz, era Riki.

La manos que me sujetaban con firmeza se soltaron, y cai de cara. Pude correr el rostro para no rompreme la nariz, pero no estaba seguro del resto.

-Mhh...-me quejo sobre la tela.

Veo el cesped frente a mi, pero nada mas arriba. No tengo fuerza para levantarme, y unas espadas chocan entre si, mientras gruñidos que no se de quienes provienen me inundan los oidos.

En medio de esa confusión, alguien me voltea y me encuentro con los ojos de Jungwon. Quiero sonreir de lo preocupado que se ve, pero me quedo en blanco por el dolor y el me carga en sus brazos.

Veo como Ni-ki y Sunghoon observan a los guardias en el suelo, antes de acercarse a nosotros.

-Sunoo...-me llama Riki, se ve arrepentido.

-Tranquilo, estan inconsientes.-señalo Sunghoon al par de hombres.

Aunque mi cabeza me estaba matando y apenas podia tener los ojos abiertos, no baje la mirada hasta salir de ese infernal palacio.

Estaban muy equivocados si pensaban que me pasarian por encima, mi orgullo es muy valioso para eso.

Y mi plan de quedarme escondido lo habian arruinado ellos mismos.

-¿Sunoo estas bien?-me pregunta Riki ya en la salida.

-Si, solo...-me mordi los labios, aún me sentia horrible, y mis ojos picaban.-Quedense conmigo, por siempre.
Llevame a nuestro lugar, donde solo somos nosotros.

Ellos me sonrieron, y en un viaje corto en carruaje, regresamos al castillo de entrenamiento.

Alli, en una de las habitaciones de arriba que pocas veces se usaban, dormi varias horas hasta que pude levantarme por mi mismo, ademas de tomar una medicación que me dio Jake. Fue ahi cuando regrese, sentandome en uno de los sofas individuales de la sala, aunque Jay se acomodo detras mio, y le cuestiono a Sunghoon y Riki de mis dudas.

-¿Donde estaban cuando fuimos alli?

-En la biblioteca.-informo Sunghoon, atento.

-¿Habia muchas personas?-continuo, mirandolos.

Todos, incluso Heeseung, Jake y Jay que estaban tambien alli, me miraban con interés.

-¿Por qué te importa?-se entromete Jungwon, mirandome perspicaz.

No respondo. Y Sunghoon suspira al cruzarse de brazos.

-No, solo una sirvienta y un principe extrangero, Lee Minho del pais vecino.

-Ah, asi que el esta aqui.-se me escapa, por lo que cubro mi boca.

Ahora las bestias parecen querer meterse dentro de mi cabeza.

-¿Lo conoces, Sun?-inquiere Heeseung, cauteloso y siento los dedos de Jay en mi cintura.

Lo alejo de mi, y el se rie.

-De lejos, si.-asiento, ya no puedo negarlo.-Tambien lo lei en algún lado... No importa. Ya deberia volver con mi madre.

Cuando me levanto, todos me copian, rodeandome en un circulo.

Ya se lo que viene.

-¿No vas a quedarte a dormir, Sun?-Riki me mira con ojos de perrito abandonado.

-Ya van varios dias...-murmuro, mirandolo mal.

-Pero..-continuo Jake, mirandome mientras parpadeaba rapido.-¿Una noche más?

-Sunoo, te aburres sin nosotros.-apoya Jay,a mi lado, masajeando mi espalda.

-Si, Sun.-asintio Sunghoon, sonriendo y mostrando sus colmillos.

-Mañana te llevaremos a la feria.-insistio Heeseung, con ojitos de bambi.

No tenia ganas de salir, ni de moverme, solo queria estar tirado en mi cama y con mi madre mimandome. Ademas, ahora el volvera a intentar asesinarme, y todo sera un desastre....
Pero ellos se veian tan ilusos por mi miserable compañia.

-Bien, si me necesitan tanto.-suspiro pesadamente a propósito.

-Lo hacemos.-murmura Jungwon, por lo bajo aunque lo escucho claro en mis oidos.



𝐭𝐡𝐞 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐜𝐚𝐫𝐧𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧-Sunoo HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora