— No lo vas a echar — niega la rubia y pone su mano sobre la mejilla de Enzo. — ¿Vemos un ratito Gran hermano? Antes de que vaya a hacer unas cosas a la recepción.

— No, por qué mira' todo el tiempo a Marcos — se acuesta sobre su cama alejándose de su novia. — Me harías cornudo si el salteño ese sale de la casa, meno' mal que está entre los favoritos.

— Este re bueno el salteño — admite la rubia y Julián ríe. —, pero me gusta mucho uno que bardeaba a todos en Facebook.

Enzo se hizo el indignado por unos minutos, hasta que se hizo a un lado y dejó un lugar para la rubia.

Pero unos golpes fuertes se escuchan y muchos gritos desde el otro lado de la puerta. Julián se acercó abrir, mientras que Melanie se sentaba un poco alejada de su novio.

Leandro, Rodrigo y Paulo entraron, a la habitación con un manojo de cartas y un parlante para escuchar música.

— ¿Qué hace' acá vo'? — pregunta Rodrigo curioso, mientras que Paulo pone una mesita entre las dos camas para jugar a las cartas.

— Que te importa — empieza a tomar su helado, mientras que Julián empieza a hablar con Rodri para saber cuanto iban a apostar. — Hola Paulo.

— Hola Mel — la saluda con un beso en la mejilla y continúa armando las cosas para la partida de truco que iban a empezar.

— ¿Jugás, Melu? — pregunta Paredes sentándose a su lado y Enzo rueda los ojos por el apodo. —. Los demás no vienen todavía.

— No, voy a hacer unas cosas abajo — Comenta la chica levantándose de la cama y poniéndose sus pantuflas.

Leandro se queda pensando unos segundos y sonríe divertido — ¿Te vas a ver con el español ese?

Enzo frunce el ceño en dirección a su novia y ella asiente con la cabeza para después mirar a Enzo. El exjugador de River ya empezaba a creer que el español tenía que comerse una buena cagada a palo.

— Si, pero no es nada...

— Ándate entonces, no hagas esperar a tu amiguito — la interrupción de Enzo la sorprende y la rubia frunce el ceño.

La chica mira a su novio confundida, se aferra a su pote de helado y podía jugar que Leandro la estaba mirando en ese momento, por lo que toma aire y finge una sonrisa.

— Sí, es verdad — aprieta la cuchara y sin dejar de mirar a su novio dice: — Me espera mi amiguito.

Sale de la habitación y se dirigió al ascensor directamente.
Al bajar pudo visibilizar a Pedri con una remera negra, ya era hora de dormir por lo que entendió por qué el chico tenía un pantalón de pijama y pantuflas. Antes de caminar hacia el tiro el pote de helado que había terminado en el ascensor y la cuchara descartable.

— Melanie — el chico saluda al verla y deja un beso en su mejilla. —. Él es mi amigo Gavi.

— Es un gusto conocerte, Melanie — el español saluda con una sonrisa y la rubia no puede evitar pensar en que parecía en nene chiquito sonriendo.

— Es gusto es mío y de verdad estoy muy agradecida por la oportunidad que me están dando — se sincera la rubia y Pedri chasquea la lengua restándole importancia.

— Mira, son exigentes con toda nuestra alimentación, pero más con Gavi porque es un niño aún — los tres se sientan en el sofá de la recepción y la rubia recibe dos expedientes.

— No soy un niño, tío.

— Sí que lo eres — sonríe burlón Pedri y Melanie río un poco. — ¿Estás segura tú de firmar contrato con nuestros representantes? No es que no queramos, pero tú dijisteis que tienes una vida bonita en Argentina y no quiero que te sientas comprometida...

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑, Enzo Fernández [1]Where stories live. Discover now