〔 Capítulo 12 〕

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-¿Eso quieres eh?, ¿quieres que te compre algo?

-¿Lo que yo quiera?

-Lo que vos quieras.

La pelirroja miró al hechicero, como buscando su aprobación para seguir, cosa que fue concedida con una gentil sonrisa del colombiano.

-Quiero que dejes ir al señor Juan a su casa.- Dijo, para sorpresa de ambos adultos.

Spreen realmente esperaba que la niña le pidiera una muñeca, o un arma de juguete, no algo que le seguía haciendo sentir culpable por su actuar. Pero no era el momento de lamentarse, si realmente quería el perdón, no solo de su hija, sino también del hechicero debía comenzar a actuar.

El híbrido extendió su meñique a la niña, y ella con gusto unió su propio dedo al de su padre, sellando su trato.

-¿No vas a hacer que se vuelva a lastimar?

-Claro que no, Elisa; no va a volver a pasar.

-¿Promesa?

-Promesa.

Juan sonrió por aquello, notando de inmediato como la pelirroja era la cómplice de su papá, se notaba el cariño que ese Spreen sentía por los tres niños por igual, pero no podía culparlo por notarse más que sentía un cariño más intenso por esa linda niña que le recordaba tanto a él.

Cuando la charla entre padre e hija terminó, y la niña ahora se encontraba en brazos de su padre, Juan quedó frente a frente con el empresario. Y era curioso como estaba tan impaciente por hablar con él hace apenas unos minutos y ahora sentía que las palabras se atoraban en su garganta.

-Spreen-

-Déjame hablar primero.- Le interrumpió, pero le dejó continuar.- Juan, perdóname por lo que hice, posta. No era mi intención provocar que te lastimaras por estar aquí.

-Oye, está bien ¿si?, estoy bien ahora.

-Pero te puse en peligro.- Ante aquella declaración Juan observó al argentino tomar su mano, y esta vez era un tacto diferente. Era tan delicado como siempre había sido desde que se encontraron, pero algo había cambiado; no sabía cómo explicarlo, pero este tacto se sentía como si fuera una despedida.- Perder a mi Juan fue lo peor que me pudo haber pasado, y supongo que quise aferrarme a la idea de poder tener una vida con él que nunca me detuve a pensar en el daño que te estaba haciendo... Perdóname.

El de lentes se conmovió por la disculpa tan sincera del híbrido, le daba algo de lástima pensar en que tendría que romperle el corazón de nuevo, pero sentía que esta vez todo estaría mejor para él. Acarició su mano con el pulgar, logrando que lo mirara y entonces habló.

-Te perdono, sé que tu intención no era lastimarme, y me da gusto que entiendas que tengo que volver a mi mundo... Por más jodido que esté ahora, tengo cosas por las cuales volver.

-Lo entiendo, él debe extrañarte también.

-Si... ¿cómo que "él"?, ¿de quién hablas?

-De tu Spreen, ¿no?, seguro también te extraña.- Las mejillas rojas del hechicero no pasaron desapercibidas, sacándole una risa al empresario por lo lindo que aquello le pareció.

-No estoy seguro de si ese oso bobo me extrañe.

-Yo creo que si. No ha de haber mucha diferencia entre los yo's de otras dimensiones; y si tenemos algo en común es que seguramente te debe estar extrañando como no tienes idea.

El solo pensar que el híbrido que conocía lo extrañaba le emocionaba, por más imposible que le pareciera, le gustaba realmente pensar que ese oso con quien peleaba la mayor parte del tiempo se había estado preguntando por él le emocionaba un poco.

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanWhere stories live. Discover now