La luz de la luna era algo a lo que todo habitante de aquella dimensión se había acostumbrado a ver, era su paisaje y hacía años que no conocían nada más que eso. Por eso era difícil saber las horas del día; antes podían guiarse con la luz del sol pero ahora todos debían forzosamente llevar un reloj de bolsillo para no pasarse de horas, ya sea trabajando o en tiempo de ocio. Mayichi era de aquellas personas que siempre llevaba su reloj a la mano, no le gustaba quedarse más tiempo del debido en lugares que no fueran su casa, es por ello que se encontraba tan irritada de que a pocos minutos de cerrar el pequeño bar con el que contaba el hotel donde trabajaba, el autoproclamado alcalde de la ciudad llegara a prácticamente robarle una botella de alcohol y beberla hasta casi vaciarla.
Ahora debía lidiar con un tipo que odiaba, borracho y que estaba retrasando su hora de salida. Barca le debía horas extra.
Sin pensárselo mucho, la española le tiró una cubeta de agua helada al oso, sacándole un grito de sorpresa y, enseguida, una mirada molesta.
-¿¡A ti qué porongas te pasa!?
-Ya es hora de cerrar y mi trabajo no es aguantar a borrachos. Fuera de aquí.
El híbrido la ignoró, volviendo a hundir su cabeza entre sus brazos; estaba dispuesto a seguirla ignorando hasta que la escuchó volver a llenar el balde de agua.
-¡Para forra!
-La tuya por si acaso. Largo de aquí, este lugar no es un 24 horas.
Mayichi realmente no tenía ánimos de tener que lidiar con el que alguna vez llamó mejor amigo, y sea cual sea el problema que tenía el híbrido como para estar tan dispuesto a emborracharse no era problema suyo.
Seguía repitiendo eso, y aún así, cuando lo vio con la mirada baja y las manos levemente temblorosas, Mayichi no pudo evitar acercar un asiento frente al híbrido, ella del lado de las bebidas y el oso del otro.
-Ya para, das lástima así.- Dijo ella, pese a la brusquedad de sus palabras, le acercó con sumo cuidado una botella de agua al argentino, y su mirada se había suavizado bastante cuando Spreen la miró.- ¿Qué fue lo que te pasó?
Spreen realmente no quería hablar de lo sucedido, más que nada porque cada vez que pensaba en ello y en cómo había huido un nuevo sentimiento de culpa lo invadía. Pero la mirada cálida de la chica con quien hacía mucho tiempo no podía mantener una buena conversación sin que ambos terminaran insultandose lo había extrañado; extrañaba a su mejor amiga.
Fue esta misma nostalgia lo que lo motivó a hablar, tal vez ella podría ayudarle en algo.
-Juan fue lo que pasó.
-¿Qué pasa con él?
-Le propuse quedarse acá, le dije que podríamos ser una familia él, los nenes y yo, pero dijo que no... Y-y tipo, pensé que la idea le gustaría pero resulta que no. Y luego me puse a pensar en Juan, en mi Juan, y me dio tanto miedo pensar que podría volver a perderlo que lo iba a obligar a quedarse...
-¿Te dijo que no, y como te asusta quedarte solo lo ibas a secuestrar?
-Pará, suena re mal dicho así.
-¿Qué quieres que te diga?, ¡muy bien oso, obliga a la persona que se supone quieres a que se quede contigo aunque ya te dijo que no!, ¡eso es lo que haría un buen enamorado!
-Gracias por el apoyo, hija de puta.- Luego de aquel insulto el híbrido estaba dispuesto a irse, habiendo tenido suficiente de la charla; pero la castaña no, por lo que lo jaló de su camiseta y lo obligó a sentarse, notando Spreen en ella una mirada firme y dura.
-No he terminado. ¿De verdad esperabas que alguien te felicitara por lo que hiciste? Que mira, si Juan no te dio un tortazo considera eso ya un premio. No te voy a decir con palabras suaves que no hiciste nada malo porque eso es una mentira; ¿tú te piensas que él no tiene una vida a la cuál volver?
KAMU SEDANG MEMBACA
〔Why'd It Have To Be Him?〕; Spruan
Fiksi PenggemarLuego de todo el desastre que fue para Juan el enterarse que era hijo del Profeta, sus poderes lo llevaron a otra dimensión. ¿Cuál es el problema de esto? Que en su mundo dejó a otro Juan, uno que está ahí para sembrar el caos. 『 - Se shipean cubito...
〔 Capítulo 12 〕
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