Cuando la fría y oscura noche cayó sobre el mundo mágico no supo en que momento fue la única persona trabando bajo la nueva instalación de luz eléctrica, estaba concentrada en revisiones de archivos y a la par ejecutaba un hechizo para llevar una ardua redacción, que el más mínimo e inesperado sonido la sobresaltaría.

-Hermione -la firme voz de Harry se expandió por toda la plataforma. Ella levantó la mirada, llevándose la mano a su pecho- Ya todos se han ido.

Hermione examinó a su alrededor inexpresiva, dándose cuenta hasta ese momento que sus hombros estaban tensos, sus piernas entumecidas y los músculos de su cadera convirtiéndose en parte de la silla.

-Llego primero, me voy al último.

Harry esbozó una amistosa sonrisa ante la perseverancia de Hermione que nunca perdería. Dejó de recargar su esbelta, pero fornida figura en uno de los pequeños escritorios y caminó haciendo resonar sus pasos en el pacífico silencio, reluciendo con una petulancia, de la que él no era consiente, su distinguida insignia de jefe de aurores, tomó una silla y se sentó frente a Hermione.

-Ron te estará buscando en media hora. ¿Querías hablar a solas? -inició tomando una postura erguida y una expresión seria. Las ligeras ojeras en su rostro delataban a su cansado semblante, pero aun así continuaba imponiendo autoridad y respeto. Aunque con Hermione lo primero no aplicaba fuera de los espacios laborales- Sobre la boda, mañana mismo asistiré a mi prueba de vestuario, sin falta.

- ¿No asististe a tu prueba de vestuario? -cuestionó sorprendida- Harry eso debió haber estado listo hace tres semanas.

- ¿No era eso de lo que querías hablar?

-No precisamente. Pero, ya que lo has mencionado no puedes posponer la cita con el sastre por más tiempo.

-Estaré mañana ahí, lo prometo.

Hermione le ofreció una mirada severa a su amigo, pero al final consiguió transmitirle que depositaba toda su confianza en él.

-Y bien, ¿de qué quieres hablar?

- ¿Leíste El Profeta?

-Dejé de hacerlo, ya lo sabes Hermione -dijo con un tono de obviedad, examinando su rostro con detenimiento. La conocía demasiado bien para saber identificar cuando un tema la incomodaba, pero aun así la tenía preocupada.

Hermione permaneció en silencio durante un momento, pensando sus palabras acertadas sin molestarle en absoluto la suspicaz mirada de Harry sobre ella. Sabía que él era paciente, sensato y conservaba perfectamente bien la cordura ante cualquier situación por más exigente, peligrosa o extraña que fuera. Por eso decidió hablar primero con él que con Ron.

-El juicio de Malfoy es el viernes -soltó sin titubear, poniendo la primera plana del diario con la noticia, sobre los archivos esparcidos en el escritorio.

-Lo sé -asintió, echándole un fugaz vistazo al ceño fruncido de Malfoy.

-Dijiste que no leías el diario.

- ¿Quién crees que emitió la orden? -inquirió tranquilamente, formando una línea con los labios.

Hermione movió ansiosa su pierna derecha, se mordió el labio inferior y volvió a desviar la mirada. Se reprendió mentalmente por sentirse como una ingenua colegiala, era patético como la situación lograba alterar sus nervios y hundirla en una ansiedad de la que no era fácil salir. Sin embargo, logró recuperar la compostura y entablar la conversación que había previsto con Harry.

-Sabes Harry, en mi último año en Hogwarts pude llegar a tratar con Malfoy más de lo que alguna vez creímos. Fue un enorme reto tener a alguien semejante en destrezas para afrontar aritmancia y transformaciones. Malfoy dejó ver que nunca más volverá a ser el mismo de antes, aunque esa reputación siembre lo persiga, pero tampoco será bueno del todo porque entonces ninguna identidad que intente personificar será genuina.

Desestabilidad [Dramione]Onde histórias criam vida. Descubra agora