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Mientras más rápido embestia a Kevin, más fuertes eran sus gemidos, estaba nervioso pero taan excitado a la vez.
Sus padres estaban en casa, ¿Qué pasaría si los escuchaban? Una parte de él sentía nervios  y otra parte de él sentía el placer por todo su cuerpo al imaginarlo.

Quito una se sus manos de la cintura de el mexicano y lo llevo a la boca de este tapándola ya que sus gemidos sonaban demasiado fuertes.

–Kevin, haces demasiado ruido, cállate.

El mexicano nisiquiera se molesto por la orden que le dio, trató de reprimir sus gemidos pero era algo imposible, la hermosa verga de su hermano tocaba puntos que ni el sabía que podía tocar, haciéndolo ver estrellas.
Quito la mano del argentino y puso sus propias manos llenandolas de saliva, no podía más, sus piernas estaban débiles, no las lograba sentir del todo. Necesitaba también correrse, estaba tan desesperado. Julian ya había retrasado dos de sus orgasmos presionando fuertemente la punta de su pene, era una tortura. Importandole poco quito ambas manos de su cara para dirigir una a su zona baja empezando a masajearla rápidamente, su hermano vio eso y agarro sus manos de forma brusca y las subió por encima de su cabeza. Pudo jurar escuchar a Kevin lloriquear pero no le importaba.

–¿Quién dijo que podías correrte? Quédate quieto. –demandó y sus caderas golpearon cada vez más fuertes los glúteos de Kevin

Un gemido particularmente alto se escuchó, podían jurar que su padres ya los habían escuchado pero no les importaba.

Julian tenía prohibido dejar marcas en aquel hermoso cuello moreno, ¿pero ahora? No le importaba, iba a dejar cuantas marcas quisese en el.
Lamio, mordisqueo y succionó esa parte tan hermosa de su hermano, escuchando como gemia por eso, ah, le gustaba tanto escucharlo.

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uando Kevin despertó su garganta dolía y sus caderas también. Sentía en sus piernas algo seco, ya estaba tan acostumbrado que ni se sorprendió.
También notó que Julian no estaba, así que mejor se levantó con algo de dificultad se puso solamente su ropa interior y fue directamente al baño, tenía que ducharse, olía a sexo.
Camino lento hacia el baño que estaba justo frente a la habitación de su hermano, entro y cerró con seguro.

Cuando termino fue a su habitación a buscar una pijama limpia, la otra la tendría que lavar el. Se encargo de elegir una pijama con cuellos largo o que por lo menos cubriera su cuello, pues estaba lleno de marcas rojas y moradas.
Lo más difícil fueron las escaleras, le dolía todo, cualquier tipo de roce y movimiento le dolía. Iba a quejarse con Julian más tarde.

Cuando estuvo en la primer planta vio en el comedor a su papá Guilermo y a Julian, luego escucho la voz de su papá Leo en la cocina.
Llamo la atención de Ochoa y saludo con un buenos días, fue a su lugar que justamente estaba a un lado de su hermanito. Movió la silla haciendo ruido y con dificultad se sentó, casi solto una palabrota por el dolor que sintió, solo vio como su hermano se burlo de el.

–¿Todo bien, Kevin?–su papá memo preguntó tomando café – Anoche tu papá y yo escuchamos que te estabas quejando mucho.

Su rostro paledicio y negó rápidamente.

–Todo bien pa, no fue nada– trato de ser lo las creíble pero vamos, ni el mismo se la creía.

Guillermo le dio una mirada preocupada y luego asintió, después de eso Lionel llegó con un plato lleno de Hot cakes.

Empezaron a hablar de como les iba en los estudios, en los clubes a los que estaban fichando. Hablaron también el que faltaba poco para que los dos padres salieran del fútbol pues estaban por cumplir cuarenta años.
Cuando hablaron del siguiente mundial los adultos estaban emocionados, hablaban entre ellos haciendo apuestas por saber quien ganaría.

Kevin los miraba con una sonrisa cuando sintió una mano en su pierna, la mano lo apretaba ligeramente, volteo a verlo diciéndole que te detuviera, pues estaban con sus padres. Julian hizo caso omniso y comenzó a subir su mano lentamente, el mexicano menor puso una mano encima de la de su hermano y lo detuvo otra vez. Julian lo miró esperando que hiciera algo, pero Kevin solo quito su mano, le encantaba que su hermanito cayera tan fácil ante el.
Acaricio los costados de su zona haciéndolo suspirar repetidas veces, sin ningún descaro el menor tomo fuertemente el pene de Kevin, apretando y desapretando a su gusto.

Mierda, ya se había puesto duro.

Julian metió su mano a la pijama que tenia su hermano y acaricio su pene, apretando de vez en cuando la punta de este.
Kevin se sentía desfallecer, tenía a sus papás frente a ellos y joder, estaba tan duro y por correrse que se dio pena.
Sin medir las consecuencias gimió levemente al sentir bombeos más fuertes, cuando logró entrar en razón se dio cuenta de lo que hizo y volteo rápidamente a ver a sus padres, obviamente ellos ya lo estaban viendo.

Lionel hizo una mueca.

–Kevin, ¿seguro que todo bien? Estas extraño.

–A-ah, si todo está bien, solo...–piensa Kevin, piensa– me duelen las piernas por ya sabes, el entrenamiento y eso

Que se lo crean, que se lo crean.

Julian solo veía burlón la situación, el aún estaba con su mano ahí, aun moviendolo cuando estaba hablando con sus papás.

Guillermo frunció el ceño al igual que su esposo pero decidieron creerle.

–¡Verga!

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–¡Verga!

Dijo cuando estuvo solo con su hermano. Estaba tan enojado con el.

–Comes.

Julian dijo eso como si le fuera a dar tanta risa.

–No mames Julian, ¿con nuestros papás? ¿Enserió? –se cruzo de brazos frente de el– ¿Qué hubiera pasado si Papá Leo o Papá Meno nos hubieran visto? Eres un idiota, ¡Y lo que sigue, pendejo!

–Ya, ya, Kevincito, no pasa nada, no pasó nada –recalcó– Estamos los dos aquí sanos y salvos. –lo abrazo por la cintura, Kevin forcejeaba poquito, dio pequeños besos por toda la carita del mayor.

–Ya, besame de una vez, maldito descarado. –Kevin siempre cedía ante el, le encanta.

Y ahora los hermanos estuvieron el resto del día besándose como si no hubiera un mañana.



















🙀🙀 🙀

En silencio. Where stories live. Discover now