Reporte de misión

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Para Maité y su apoyo incondicional

Esto pasó de ser un regalo de cumpleaños a uno de Navidad, pero la intención sigue siendo la misma. ♡


Cuando te conviertes en un súperheroe esperas combatir el crimen, lidiar con un buen par de villanos, sonreír en fotografías y ser admirado por los niños. Por alguna razón, lo odio, aunque siempre me he caracterizado por amar ser el centro de atención, en este caso solo me provoca nerviosismo por el constante temor de ser observado, cada uno de mis pasos grabado en cámara o celulares mientras mi mente piensa en alejarme de las personas, gritarles, confesar no soy el héroe que creen.

Me contengo.

Sonrío tan solo de imaginar mi plan dando frutos. Ellos vitorean mi nombre, un niño abrazado a mis piernas pidiendo una foto.

Asiento, debo ponerme a su altura y con una simple acción recibo un par de aplausos.

Unos cinco minutos más son suficientes para mantener a todos contentos, me disculpo de manera general diciendo debo ir al trabajo. Señalo el enorme edificio a mis espaldas.

El público comprende y con eso, accedo al interior del complejo, camino hasta el ascensor, presiono el piso correspondiente y confirmo mi identidad en el lector de palmas. Las puertas se abren ante mi presencia, el ambiente huele a desinfectante y sospecho que, de nuevo el Capitán América ha realizado la limpieza a pesar de decirle millones de veces no es necesario. Es este el recibimiento desde hace meses cuando Fury decidió sería excelente idea una convivencia para afirmar alianzas tras la batalla contra los Chitauri. Ofrecí el espacio adecuado, nadie opuso resistencia y hemos estado viviendo juntos desde entonces.

—Stark.

Siento un escalofrío en la espalda ante la voz femenina. Volteo encontrando a Natasha con una alta coleta y ropa deportiva. Recuerdo mantener distancia con ella porque es más astuta de lo que aparenta ya que suele dedicarme esa mirada repleta de sospecha con más regularidad, es quizá, una de las pocas mujeres que consigue colocar mis nervios de punta.

—Romanoff —digo cuando me percato sigue aguardando mi saludo—. Tenemos un gimnasio aquí, no tienes porque ir a otro sitio.

—Es mejor correr en el exterior. ¿Tuviste mucho trabajo?

—Algo así.

—¿De verdad? Porque Virginia vino a buscarte cuando faltaste a varias reuniones.

—No esa clase de trabajo —respondo recibiendo una de sus clásicas expresiones de "no te creo nada"—. ¿Dónde están todos? —Cambio de tema antes de recibir un análisis completo por parte de la agente.

—Thor en Asgard, tiene asuntos pendientes con su hermano, Clint y Bruce en el supermercado, Steve en SHIELD.

—Perfecto, estaré en mi taller.

Doy media vuelta, transito por toda la extensión del pasillo hasta llegar a las escaleras que conducen a mi destino, bajo con rapidez, luces encendiéndose automáticamente a mi paso.

La primera puerta no es más que un almacén, avanzo medio metro para llegar a mi objetivo, poso la mano sobre el lector, este se ilumina de verde indicándome pasar al siguiente filtro. El escaner de retina demora unos segundos más, siempre es incómodo el pestañeo posterior, recibo otra aceptación y tras ello, introduzco el código de cuatro dígitos en una pantalla. La puerta se abre automáticamente, soy recibido por la voz de mi I.A deseándome un buen día.

Reporte de misión |Stony|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora