〔 Capítulo 10 〕

Start from the beginning
                                        

Elisa siempre procuraba despertar para ver el amanecer, y sus bonitos ojos se iluminaban cada vez que el sol volvía a salir.

La primera vez que sostuvo a Dynamo en sus brazos, cuando Rubí se marchó para siempre, el sol salió cuando el portal se volvió a romper; y para él no pudo ser una señal más clara de que todo iba a estar bien con el pequeño bebé que mecía con cariño en sus brazos. Cuando decidió que era su hijo, el cielo se alegró, y a él le gustaba pensar que tal vez la salida del sol era de alguna forma una señal de su difunto amor, haciéndole saber que estaba en lo correcto en su actuar.

Por eso mismo, ahora que veía por su balcón el sol salir, es que pensaba que todo lo que había hecho valía la pena si así podía mantener a todas las personas que le importaban a salvo. Y eso incluía a la otra versión de Juan.

Sabía que mentirle no era lo ideal, que hacer que se quedara contra su voluntad a formar parte de su familia no le agradaría del todo, pero para estar en contra tendría que averiguar en primer lugar que era él quien había enviado a destruir los portales una vez más, y tenía la suerte de que tenía empleados bastante leales.

-Patrón, sus hijos y el señor Juan vienen a verlo.- Carola ingresó a la oficina del híbrido, informando de las recientes visitas.

-Dale, déjalos pasar.

Pero las visitas tuvieron que esperar un poco, pues Carola cerró la puerta y se acercó al escritorio de su jefe, algo que confundió un poco al híbrido.

-¿Pasa algo?

-Necesito hablar un momento con usted antes de hacer pasar a su familia y al señor Juan, ¿se puede?

-Obvio capo- Spreen apuntó al asiento frente a su escritorio, viendo al vikingo tomar asiento.- , y no hagas la distinción, di mi familia nomas.

-Si, precisamente sobre eso quería hablarle.- Carola tomó valor para hablar, pese a ser leal a su jefe y verlo como uno de sus mejores amigos, aún mantenía algo de miedo por él, pero era mayor su preocupación al miedo que podía llegar a sentir.- Spreen, ¿puedo preguntarte algo, y que me respondas de forma sincera?

-Siempre soy sincero, Carola, vos lo sabés.

-Si, yo lo sé tío, pero hay cosas a las que sé que no quieres responder.

-Carola, sos literalmente uno de los pocos pelotudos con quienes sigo hablando como si estuviéramos en un asado, yo creo que hay confianza.

El vikingo rió, relajando un poco más antes de finalmente tomar valor y hablar.

-¿Por qué me pediste destruir los portales?

-¿Cómo que por qué?, para que a nadie se le ocurra querer escaparse; además sabés que tenerlos abiertos puede-

-Dejar la entrada libre a que otros monstruos entren y hagan destrozos aquí, si, me sé el cuento para los demás pero ¿qué hay del cuento que me tengo que creer yo?, ¿de verdad esperas que me crea que destruir los portales no fue para evitar que el señor Juan se vaya?

Spreen apretó la mandíbula por debajo de su máscara, sintiendo levemente la sangre hervir. No se podía dar el lujo de hablarle mal a su subordinado más leal, y al único amigo que le quedaba.

-Los portales no se cerraron por eso.

-Spreen, te crees que puedes engañarme pero no es así. La primera vez los cerraste porque no podías soportar la idea de volver al pueblo donde toda la vida de Juan estaba ahí, y ahora los volviste a cerrar para evitar que esta pequeña fantasía tuya se te escape de las manos.

-Lo que yo haga y deje de hacer no es tu asunto, Carola. Vos recibís órdenes y ya está.- El argentino se puso de pie de manera brusca, golpeando con su mano el escritorio, casi podría jurar que dejó una marca en la madera del mueble.

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanWhere stories live. Discover now