〔 Capítulo 8 〕

Start from the beginning
                                        

-Oh, hola Ollie, Elisa. ¿Qué tal están?

-¿Que qué tal estamos?

-¡Está con vida!, ¡no lo puedo creer!- Juan sintió cómo era aplastado por el alíen, notando también al pequeño niño tirándose encima de él cuando notó a su hermano con mucha confianza en el castaño.- ¡pensábamos que nunca lo volveríamos a ver!

-¿Me explicas qué cojones es esto?

Durante aquella breve interacción Juan se dio cuenta de varias cosas: Ollie era demasiado amoroso, su pequeño Dynamo crecía a un ritmo más lento, y Elisa se notaba que había sido criada por Spreen.

Dios, enserio esa dimensión le daba miedo.

La reunión con el híbrido tuvo que ser movida de sitio, pues, a petición de los hijos del empresario, habían ido a dar un paseo por el centro de la ciudad

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La reunión con el híbrido tuvo que ser movida de sitio, pues, a petición de los hijos del empresario, habían ido a dar un paseo por el centro de la ciudad. A Juan le parecía una excusa bastante pobre, pero no se encontraba en la situación de negarse a lo que sea que el empresario quisiera, pues le gustara o no era su único pase de regreso al Pueblo Verde.

Mientras tanto suponía que podía sacarle información sobre la extraña relación que tenía con los tres chicos, empezando por el más pequeño.

-Entonces- Habló él primero, atrayendo toda la atención del híbrido a él.-, ¿por qué tienes tú a Dynamo?, ¿y por qué es un híbrido?

-¿El tuyo no lo es?

-No, es humano, nomas hace magia a veces.

Juan miró al argentino apartar levemente la mirada, como buscando valor para hablar sobre la razón por la que el niño se encontraba con él.

-Bueno, Dynamo si es hijo tuyo, pero él no es hijo biológico mío. ¿Quién es el único otro oso que conoces?

-... Vete a la verga, no.

-Si capo. Dynamo era el hijo de Juan y Rubí.

El hechicero tuvo que sostenerse del hombro del oso para evitar caerse por la impresión. Okay, definitivamente no esperaba que una variante fuera a sacarlo tanto de órbita, era extraño.

Estaba seguro que si le hubiesen dicho que existía un universo donde Dynamo era genuinamente su hijo del matrimonio con Rubí se habría desmayado de la emoción; pero esto era extraño. No sentía emoción alguna con aquella noticia, impresión tal vez si, pero no se sentía tan feliz como se podría haber sentido varios meses atrás.

-Pero, a ver, el Juan y la Rubí de este universo están muertos, y los portales estaban cerrados hasta ahora que los volvimos a abrir, ¿verdad?

-Correcto.

-¿Cómo fue que Dynamo llegó aquí?

-Pues... Es una larga historia la verdad.

El castaño no pensaba quedarse sin respuestas, por lo que pidió como favor al chico marciano que entretuviera a sus hermanos, para así él tener la oportunidad de arrastrar al híbrido a un lugar apartado y poder escuchar atentamente lo que sea que fuera a decirle.

-Tengo todo el tiempo del mundo. Explícame.

Spreen suspiró con cansancio, sabiendo que no le sería posible sacarse al hechicero hasta que saciara su curiosidad, y es que aunque no tuviera nada que esconder no era como que le gustara recordar cómo la mayor alegría de su vida había venido junto con la desgracia.

-Ya, escucha que sólo te lo voy a decir una vez.- Juan asintió, dándole paso libre al empresario de comenzar a hablar.- Mira, poco después de que Juan se muriera y los portales se destruyeran no supimos nada de nadie del Pueblo Verde, los dimos por muertos a todos. Y así fue por unos dos años, hasta que de repente por la madrugada el portal volvió a activarse; aquella vez solamente fui yo a ver quién porongas se había atrevido a restaurar el portal para matarlo ahí mismo.

-¿Y qué pasó?

-Rubí cruzó el portal.- El argentino se sacó la máscara, no importandole realmente si alguien llegaba a verlo.- Al principio no supe qué pijas quería, pero cuando vi que traía a un nene en brazos no la ataqué y dejé que se explicara. Resulta a pocos meses antes de que Juan muriera, hizo una boludes con magia y de ahí nació Dynamo como hijo de los dos. Pero sin Juan ahí, al pelotudo no le daban ganas de levantarse de su cama y cuidar al nene, y se le notaba bastante que lo había descuidado demasiado.

-¿Cómo que descuidado?, ¿de qué chingados hablas?

-El bebé estaba re pequeño, casi no pesaba y para ser un híbrido de oso estaba demasiado mal alimentado. Si se hubiera tardado un poco más capaz que el nene se moría.- Juan sintió rabia al imaginarse a ese pequeño niño, que corría y jugaba con los otros dos chicos, hubiese estado tan cerca de morir.- El pibe me dejó al nene en brazos y me dijo que no podía seguirlo cuidando, que necesitaba que alguien lo cuidara porque era todo lo que quedaba de Juan. Yo me molesté porque lo estaba botando como si fuera un juguete, pero el pelotudo se fue nomas por los portales y volvieron a quedar inservibles. Al principio yo no planeaba quedarme con él, pregunté a varios de la ciudad si alguno quisiera hacerse cargo del nene, pero viendo las malas condiciones en las que estaba y que nadie sabía cómo cuidar a un bebé híbrido me terminé quedando con él.

-¿Y tú lo quieres?

-¿Perdón?

-A Dynamo, ¿te encariñaste con él?

Juan miró con detenimiento cada expresión de Spreen, notando cómo su mirada se dirigía a los tres chicos que jugaban alegremente, notando en él una sonrisa dulce y sincera, una que no recordaba haber visto nunca en ninguna versión del oso que conocía.

-Ese niño llegó a alegrarme la vida cuando ya no sentía ganas de seguir. Daría mi vida por cualquiera de esos tres.

-Y hablando de eso, ¿Elisa y Ollie qué?, ¿también son tus hijos?

-Bueh, algo así. Me llaman papá pero yo no los crié hasta que fueron un poco mayores. Ollie era pupilo de Juan, y cuando murió pidió quedar bajo mi tutela; y Elisa siempre fue mi aprendiz, y cuando Dynamo comenzó a hablar y a llamarme papá ella y Ollie comenzaron también a hacerlo por celos.

Juan comenzó a reír levemente por aquello, le parecía bastante adorable imaginar a ambos chicos peleando con el bebé por la atención del híbrido.

Era una imagen bastante dulce, y estaba tan metido pensando en su propios pensamientos que no notó que el oso lo miraba diferente, imaginando lo distinta que sería la vida de sus hijos si Juan se hubiera quedado a verlos crecer.

Y ahora que lo pensaba, ahí mismo tenía una solución. Un Juan vivo que podía quedarse con él, con ellos, y ser una familia. La familia que él quería.

 La familia que él quería

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanWhere stories live. Discover now