〔 Capítulo 8 〕

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-¿Dynamo?

Juan realmente podía decir que habían varias diferencias entre esta y su dimensión, pues para empezar Dynamo no tenía orejas de oso. Su hijo no era un híbrido, pese a tener el mismo cabello azul vibrante, este era un niño de unos diez años, con ojos color café, orejitas y cola de oso; el cual al verlo, se refugió detrás del empresario.

-¿Lo conocés?

-¡Pues claro!, yo también tengo un Dynamo en mi universo.

-¿Posta?

-Si, pero el mío no es un híbrido.- Juan se acercó con cuidado, poniéndose sobre sus rodillas para mirar al pequeño, el cuál aún con su timidez inicial lo miraba con curiosidad.- Hola Dynamo, ¿cómo estás?

El pequeño parecía querer hablar con él, pero tenía algo de miedo por estar hablando con alguien que no conocía, y su papá Spreen siempre le había advertido de los peligros de las personas desconocidas.

-Creo que está nervioso nomas.- El híbrido tomó con cariño la mano del niño, guiándolo frente a él para que lo pudiera mirar a los ojos.- Dynamo, está bien, este es Juan el mago, es tu padre.

El hechicero apreció como los ojitos de su hijo se iluminaban cuando aquella frase fue dicha, y aunque aún se le notaba tímido, el niño se ánimo a acercarse a él y pegar en su mejilla una estampa de una varita mágica. Esto lo enterneció, y realmente le habría gustado mimarlo cómo solía hacerlo cuando su propio hijo tenía esa edad, pero este Dynamo parecía más tímido de lo que esperaría.

Y casi que por la ternura que le provocaba su pequeño, Juan olvidaba algo importante.

-Espérame... ¿Por qué tú tienes a Dynamo?, ¿y por qué es un híbrido?

-Pues...

-¡Que no pueden entrar, coño!, ¡tiene una reunión importante!

-Me la suda, vamos a pasar igual.

-¿¡Pero qué no entiendes que no se puede, niña!?

-¡Cállate pelotudo!, ¡por qué no me lustras la pija mejor!

Aquella amena interacción con el niño se vio interrumpida cuando fuera de la oficina se escuchaban voces en lo que parecía ser una discusión.
Carola parecía estar intentando que aquella reunión permaneciera privada, pero aquello ya no fue posible cuando la puerta de la oficina se abrió de un portazo, revelando a los responsables de aquel alboroto.

-¡Pero Elisa!, ¡que esas no son formas de hablarle a Carola!

-Me importa una mierda.

-¡Cuida tu lenguaje!, que nos dijo que el señor Spreen está ocupado.

-Si, lo estaba.- Ambos chicos guardaron silencio, y Carola sonrió satisfecho al saber que la irrespetuosa pelirroja recibiría al menos un sermón.- ¿Tienen una buena razón para interrumpir mis asuntos?

-¡Fue idea de Elisa yo no quería!

-Eres un cagón Ollie. Mira papá, pasa que están diciendo por la ciudad que los portales se abrieron.

-Seh, ¿y?

Juan no entendía realmente la relación del híbrido con aquellos dos, ni siquiera sabía si el Spreen de su dimensión se llevaba bien con ellos, pero estos Ollie y Elisa se veían un poco más jóvenes que los que él conocía. Era bastante extraño considerando que la dimensión estaba ambientada ocho años en el futuro.

-¿Señor Juan?...

La voz del extraterrestre lo trajo de regreso a la realidad, encontrándose con que ambos chicos lo miraban como si no pudieran creer que estaba ahí. Era extraño, ambos le agradaban pero no había convivido con ellos lo suficiente como para poder alegrarse de la misma forma en la que se emocionó cuando vio a, por ejemplo, Barca.

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanWhere stories live. Discover now