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—Dame las drogas Takemichi— exigia Kisaki mientras rebuscaba en la mochila del mencionado

—¡Te digo que no hay más pelotudo!

La discusión de los dos amigos llamaba la atencion de todos los que estaban en la plaza. Pero, bueh, que más daba, ambos estaban super drogados.

—Dale Take, no seas ortiva, siempre tenes y hoy justo que me engancho yo no te queda más.

—Es que en la joda de ayer compartí mucho, ahora me arrepiento— dijo el teñido frotándose la cara.

—Entonces, podríamos irnos...

No pudo completar la frase cuando Takemichi.

—DE JODA— terminó Takemichi completamente eufórico.

—Pero no a cualquiera.

Takemichi lo miro con cara extrañada.

—¿Todavía te chamuyas a los Haitani de la privada?— dijo Kisakk con una sonrisa maliciosa de la cual Takemichi siempre desconfiaba.

.

Después de enviarles un mensaje Takemichi estaba sentado esperándolos cruzado de brazos y con un puchero en los labios.

No es que los Haitani no fueran atractivos (eran los pibes más facheros que Takemichi había conocido, si se lo pidiesen les entregaria el orto en cualquier lugar) o que les faltara plata (compraban cigarrillos Parisiennes todas las semanas y a sus chamuyos les regalaban merca), el problema era que eran bastante... desubicados, para Takemichi no es un problema, el es igual, pero ellos eran MUY desubicados y era un poco incómodo.

Pero lo que sea por falopa.

—Vamos Takemichi es una charla amistosa, un poco de chamuyo y te invitan a la fiesta. Fácil— decia Kisaki a modo de ¿Aguante?

—Para vos es fácil decirlo...

—Bueno, bueno. Bancatela Take, sabes que ya no podemos financiarnos los porros... A menos que quieras dejarlo.

—Nonono, tranqui me los re como, vos anda palpando el bolsillo.

Kisaki abrazo por los hombros a Takemichi, y este recostó su cabeza sobre el hombro de el de lentes.

Ahora tenían que esperar que esos dos tinchos vende merca se dignen a aparecer.
Pero por suerte no se aburrirían en la espera...

—Mira Kiki— Kisaki acató—. Están saliendo los de la técnica.

—Uff, están re buenos.

—Sisi, te juro, les doy y no solo la la hora.

Ambos rieron para luego quedarse  en silencio admirando a los pibes de técnica. Fua, que lomo tenían.

Kisaki se levanto de su lugar y rompió el silenció.

—Chw queres que conpre un pebete y después lo partimos a la mitad, estoy casado de hambre

—Dale, no comí nada en todo el día.

—Ya vuelvo puto, no te pierdas— dijo el de lentes antes de dar la vuelta e irse.

Takemichi rio.

Ya estaba muy perdido. Perdido y solo, odiaba el efecto angustiante de la droga.

Se recostó en el pasto y trato de contar hasta diez, carajo.

—¿Cómo se contaba?

Esta vez le había pegado mal. Pero que más daba, no lo iba a dejar.

—Ey.

Takemichi trato de ver quien era el dueño de la voz.

Un chico ojiverde se puso de cuclillas y le tocó el hombro.

—¿Amigo estas bien?

Takemichi tardo en contestar.

—Si...— dijo fregandose los ojos y tratando de sentarse—.Es el efecto "secundario" del porro, es normal.

El ojiverde hizo una mueca y se sentó al lado de Takemichi.

—¿Tenes fuego?

El teñido asintió y le paso un encendedor.

El ojiverde saco un cajetilla de malboro. Se coloco uno en la boca y lo encendió.

—Toma, por ahí se te pasa un poco el mal viaje.

Takemichi lo acepto y el ojiverde solo sonrió.

—¿Cómo te llamas?

—Chifuyu Matsuno— volvió a sonreír.

Que linda sonrisa.

—¿Y vos?

—Takemichi Hanagaki.

—Bueno...— Chifuyu le ofreció su mano— Seamos amigos Hanagaki.

Que hermosos eran los mal viajes aveces.

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⏰ Недавно обновлено: Dec 21, 2022 ⏰

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