Capitulo 13

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Marina se encontró de pie a las afueras del castillo, sus ojos cerrados y sus cabellos moviéndose con la brisa mientras a su lado un chico de cabello azul oscuro la observaba atentamente.

-Estás segura de esto Marina?-

-Si Ceres… estoy segura-

Marina abrió los ojos y le sonrió al joven de forma cálida aunque con una notable nostalgia en sus ojos, Ceres solo la observo un poco más y después asintió con la cabeza para estar rodeada por una luz azul mientras su cuerpo cambiaba de forma y crecía transformándose nuevamente en el imponente dragón. Marina camino despacio hacia la criatura y se subió sobre su lomo, seguido de esto el dragón agito sus alas y alzo el vuelo con el único objetivo de llevar a la chica a aquella montaña flotante en al cual tendrá una conversación con el mago de Cefiro.

Ceres aterrizo cuidadosamente sobre la extraña montaña de hielo que flotaba sobre el océano justamente sobre su templo y dejo bajar a Marina con cuidado para observarla unos momentos.

-Como lo has pedido no dañaré, te daré tu tiempo con el mago para que termines las cosas y me retirare a mi templo, después iré a verte al castillo cuando todo haya terminado-

-Muchas gracias Ceres, no sé qué haría sin ti, puedes ir tranquilo y no te preocupes por nada, todo estará bien-

El dragón asintió lentamente e inclino su enorme cabeza hacia la chica que estiró su mano para acariciarlo con ternura, después de eso emprendió nuevamente el vuelo para alejarse de la isla y bajar con dirección al océano para internarse en el y descansar en su templo.

Marina vio a su genio irse con una sonrisa, luego se dio la vuelta y empezó a caminar por la extraña isla de hielo hasta ver frente a ella el hermoso bosque que se abría majestuosamente en arboles cuyas hojas eran de hermoso cristal y entre las cuales nacían bellas flores blancas y algunos frutos de tono plata. Se interno lentamente en el bosque hasta encontrar el árbol más hermoso y grande, el cual tenía la mayor cantidad de flores además de las más bellas y se sentó en el suelo bajo su sombra; a pesar de ser una montaña de hielo no se sintió frio y al contrario el clima era muy agradable mientras Marina se relajaba viendo con una sonrisa como los rayos de luz se filtraban entre las hojas de cristal del árbol reflejando hermosos colores en el lugar, esperando a que Clef llegara a su encuentro.

Mientras tanto el mago termino de organizar sus documentos con rapidez dándose cuenta que casi era la hora indicada para encontrarse con Marina así que salió rápidamente del castillo y se dispuso a invocar a su creatura espiritual, aquel pez volador que en dos ocasiones había recibido a las guerreras mágicas a su llegada a Cefiro, pidió amablemente que lo llevara a aquella montaña y al llegar a ella regreso a la criatura a su lugar mientras observaba algo nervioso y ansioso el bosque de cristal que se veía a lo lejos.

Clef camino despacio por la montaña, tomándose su tiempo para tranquilizarse ya que estaba bastante nervioso por ver a Marina debido a que la última vez que estuvo solo con ella la noche anterior las cosas se salieron de control al dejarse llevar y no quería que eso volviera a ocurrir, solo que era muy difícil de controlar ya que la emoción y ganas de estar con ella estaban enloqueciendo sus sentidos.

Cuando estuvo de pie frente al bosque no lo pensó ni dos veces antes de internarse en el, caminando entre los arboles mientras admiraba la belleza creada por Marina, sonrió orgulloso de la chica al crear algo tan hermoso como ese bosque de cristal, aunque le pareció aun más hermosa la vista que ahora se encontraba frente a él, Marina sonriendo sentada bajo un árbol iluminada por los hermosos rayos de colores que creaban los reflejos de luz sobre las hojas de cristal.

-Marina…- La llamo suavemente por su nombre, con dulzura y nada de formalidad haciendo que ella girara su mirada hacia el

-Clef- Marina sonrió al escuchar su nombre en los labios del mago de esa forma que tanto le gustaba y no pudo evitar llamarlo por su nombre como siempre lo había hecho, cosa que lo hizo sonreír al instante

Mi nuevo Cefiro 1Où les histoires vivent. Découvrez maintenant