Prefacio

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"I'm so sick of running as fast as I can
Wondering if I'd get there quicker
If I was a man".

Taylor Swift.

Yo tenía talento para el fútbol. Desde pequeña siempre recibía alabanzas y jugaba inclusive mejor que los chicos.

"Marimacho", ”Bestia", ”Pareces un niño".

Para mí esos insultos eran más bien halagos.

En mi secundaria solo había un club de fútbol masculino y logré unirme a el luego de derrotar a la estrella del equipo en un uno a uno. Pese a eso, era como si no formara parte del equipo. El entrenador no me dejaba jugar y mis compañeros me ignoraban en el entrenamiento.

Pensaba que había sido una mala decisión. Creí que tal vez debí inscribirme en una escuela con club de fútbol femenino. O tal vez esperar hasta la preparatoria.

—Calienta desde el principio, T/A. En cualquier momento te pediré que entres.

Recuerdo las palabras exactas y el tono de voz del entrenador. Recuerdo esa extraña sensación de que un aura maliciosa se formó a mi alrededor, entre mis compañeros.

"De seguro no me van a pasar el balón, pero no importa. Yo puedo obtenerlo por mí misma".

En tanto el entrenador del equipo contrario anunció su primer cambio, nuestro entrenador avisó que yo iba a entrar.

Como delantera central.

En tanto sonó el silbato, mi compañero dio la patada inicial en mi dirección.

No entendía nada.

Hasta que el delantero del equipo contrario, que era un año mayor que yo y medía más de 1.80, se abalanzó contra mí para quitarme el balón.

Lo esquivé como pude, miré a mi alrededor para ver a quién le podía pasar el balón, pero me di cuenta de que me habían dejado sola.

Aquella bestia colisionó con mi costado para intentar robarme el balón. Me fue imposible mantener el equilibrio y terminé cayéndome.

—Gracias por el balón, T/N-chan—escuché decir al chico con voz cantarina.

En ese momento lo entendí. Ese era el plan, dejarme sola con el balón para que ese chico tan brusco me hiciera comer césped.

De seguro no se esperaban que luego de la primera tacleada me hiciera un esguince de casi tercer grado en el pie derecho, lo cual hizo que no pudiera jugar en lo que quedaba de mi segundo año e intentara volver a tomar el ritmo durante todo mi tercer año.

Pero estoy segura de que tampoco lo lamentaron.

What if? (Rin x Reader)Where stories live. Discover now