Luego de todo el desastre que fue para Juan el enterarse que era hijo del Profeta, sus poderes lo llevaron a otra dimensión.
¿Cuál es el problema de esto? Que en su mundo dejó a otro Juan, uno que está ahí para sembrar el caos.
『 - Se shipean cubito...
No pudo seguir divagando en por qué no era gay de su parte pensar en lo guapo que le parecía el híbrido de esa forma, ya que este mismo tiró una flecha al dueño de la destruida casa y llevó en brazos al castaño, huyendo directamente a la pollería a través de los portales.
Juan se aferró al oso mientras era llevado, y agradecía que el híbrido estuviera concentrado en escapar, así al menos no podría ver su rostro completamente rojo y él podía morir de vergüenza por su cuenta.
Dios, ¿en qué demonios había pensado?
-Che, ¿estás bien?- Reaccionó al escuchar la voz del oso tan cerca, haciendo que por inercia le apartara el rostro con la mano.- ¡Déjame!, ¿te salvo y así me pagas?
-No te pedí que me salvaras.
-Ah, ya, bueno dale.- Y Spreen lo dejó caer al suelo una vez estuvieron de vuelta en Spreenfield, ¿cuándo coño habían llegado?-; a la otra te salvas vos.
-¡Pinche oso puto!
Juan quiso retroceder nuevamente cuando lo vio acercarse, pero el oso no se lo permitió, y dejó de protestar únicamente cuando sintió un terrible dolor en la pierna. Fue hasta ese momento que notó que aún tenía una flecha incrustada cerca de la rodilla.
-¿Ya me dejas ayudarte o vas a seguir rompiendo las bolas?
Juan dejó de moverse y dejó al empresario ayudarlo, mentiría si dijera que no había sufrido cuando le sacó la flecha, pero en ningún momento el híbrido le había dejado de decir que todo estaba bien y que ya casi terminaba.
Palabras que aunque no admitiría en voz alta lo hicieron soportar un poco más el dolor.
Cuando el híbrido terminó, notó que el castaño estaba apretando los puños y los ojos para aguantar y no quitar la pierna mientras él hacía su trabajo.
Debía admitirlo, sin su ayuda tal vez no se habría divertido tanto destruyendo la propiedad de Reborn, además de que había podido darle un par de golpes con la excusa de que lo estaba salvando.
Él había cumplido su parte del acuerdo.
Suponía que debía cumplir la suya.
Con cuidado llevó sus manos a su máscara, quitandola bajo la atenta mirada del castaño, quien no quería perderse ningún detalle. Sentía que estaba realizando una azaña solo pocos lograrían y saldrían ilesos.
Si, ¿lo que había dicho sobre no sonar gay? Lo retiraba. Era gay, muy gay.
Y es que ¿cómo no serlo cuando el rostro del híbrido parecía literalmente esculpido?
Tenía unas pestañas largas y bonitas que decoraban sus ojos negros, casi tan negros como el cielo nocturno; unos cuantos lunares adornaban su mejilla, pequeñas cicatrices esparcidas de forma descuidada por todo el rostro, labios finos y al resecos. Si, si era gay.
No podía quitarle la mirada de encima, y esto a los pocos segundos comenzó a incomodar al híbrido, siendo notado por el castaño.
Es que hasta sus expresiones eran atractivas.
"Okey, basta, compórtate. Se supone eran panas."
-¡Bueno!- El primero en hablar fue el de lentes, desviando la mirada al volver a sentir el calor subirse a sus mejillas. Esto fue aprovechado por el híbrido y volvió a colocarse su máscara, cosa que molestó levemente al colombiano. Le parecía un desperdicio cubrir su rostro si era alguien que se veía así de bien.-, fue un día pesado y yo creo que debería regresarme al santuario, me duele todo.
-Ah, dale. Te vas con cuidado.
-¿Y esa frialdad?, ¿ni un abrazo?
Juan esperaba que el oso lo corriera, no iba a negar que se sorprendió al escucharlo reír un poco por su boba broma.
-Mañana si querés, estoy cansado y quiero dormir.
-¿Mañana?, ¿osea que puedo volver a la ciudad?
-... Sólo porque fuiste de ayuda. Pero necesitas tu propia visa, mantengo lo que dije sobre no dejarte usar la de Juan.
-Pero yo soy Juan-
-No sos Juan.- Lo cortó, si bien estaba comenzando a aceptar la actitud del de bandana azul, nunca iba a olvidar lo primordial: él no era el Juan que quería, y no iba a dudar en dejarle en claro su límite.- Si querés visa vas a tener una propia, con tu nombre y foto de pelotudo.
-Ay que dulce eres cabrón, ¿si te habían dicho?
Spreen lo vio caminar hacia la salida, parecía que había decidido ignorar su disimulada amenaza y simplemente se dedicó a lo suyo.
-Te veo mañana entonces, Spreen.
-... Chau, Qubico.
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BuenAs cmo andan? Como vivieron el lore?
Juan Cubito muerto? De q hablan? Yo nada más me sé la de Juan y Drako siendo hermanitos sobrevivieron y mataron a su viejo y ahora son muy felices con todos sus amigos /llora