—Te lo dije.

Resopló para poner su cara en el cuello de ella, abrazándola por la cintura. Río para acariciarle el pelo.

—Me voy a dormir. 

—Pues no lo hagas que tenemos plan para hoy.

La miró con el ceño fruncido.

—¿No te acuerdas? —preguntó divertida—

Él negó avergonzado.

—Cita en las tres escobas y por la noche a las cocinas, lo sabemos, ¡dejad de torturarnos! —se quejó el pelinegro con el pelo más largo, tirándoles un cojín en el proceso—

Ella lo cogió antes de que fuera a ellos sin siquiera mirar.

Todos la miraron sorprendidos.

—¿Qué?

James se levantó de golpe casi cayéndose.

—Serías una cazadora impecable.

—Las pruebas de Quidditch ya se han hecho, y paso, gracias. Ahora levantaos y todo eso, tenemos que ir a desayunar.

—Si madre.

Rodó los ojos separándose de su novio. 

—¿Qué os he dicho de llamarme así? —habló poniendo sus manos en la cintura en forma de jarra—

—Perdón, mamá.

Ella miró a su novio en busca de ayuda.

—No tienen remedio. —se encogió de hombros divertido—

Le dio otro beso antes de salir por la puerta.

En cuanto los cinco pisaron el gran comedor, Christine volvía a estar ahí, esta vez, le cogió del brazo apartando a Sirius que estaba a su lado.

—Hola, Ate. —dijo con emoción— Me he enterado de que Remus y tú hacéis un mes, ¡felicidades! —ella le miró con cara de pocos amigos, la platina se acercó a ella— Espero que hoy no te pasases de comida.

Suspiró con frustración apartándose del agarre de ella.

—¿Qué te pasa? —dijo con voz irritante—

—Vete a la mierda, Christine. —la chica frunció el ceño haciendo un puchero muy fingido—

—Vamos, Ate, no te pongas así.

—Merlín, no me llames así, y deja de comerme la cabeza.

Los cuatro las miraban expectantes, listos por si tenían que intervenir.

En realidad, todo el comedor las miraba. No podías estar tranquila en Hogwarts.

—No te entiendo.

Cuando vio que todos la miraban, la miró. Sin más, se fue empujándola por el hombro mientras se dirigía a la mesa. Los chicos la siguieron.

—¿Era ella? —preguntó Lily preocupada antes de que el resto llegara—

Todas entendieron que si, cuando bajó la vista, tratando de calmarse.

Se puso algo en el plato, mientras el resto llegaban.

—¿Qué ha sido eso?

—Nada. —dijo mirando su comida con duda—

Suspiró, y se lo metió a la boca creando una sonrisa a las chicas, que con la mirada la felicitaban.

Estuvieron riendo, hablando y comiendo con naturalidad.

ʟᴏᴠᴇʀ - ʀᴇᴍᴜꜱ ʟᴜᴘɪɴWhere stories live. Discover now