"El ocho es de la suerte."

Reflexionando

Al día siguiente Spreen estaba pensando acerca de lo ocurrido, ollie se había ido diciéndole que por las dudas no hablaran mucho sobre el tema. El híbrido se encontraba en el pasto mirando hacia la mañana, acariciando el pelaje de su felino.

— Estoy aburrido, ¿Vos, pelusa? — le pregunto, le daba diversos mimos mientras este solo ronroneaba. Suspiró pensó que podía hacer para matar el aburrimiento.

Penso que quizas podia ir a la tienda de tanizen, quizas había nuevos funkos y con un descuento. Además, ver a tanizen y a noni le subía el animo, Se levantó y se despidió de su felino.

Al llegar a la tienda logro ver a dichoso joven de manchas en todo el cuerpo.

— ¡BIENVENIDO SEÑOR SPREEN A..

Spreen le tapo la boca repentinamente y rodeó sus ojos hasta ver a tanizen

— Hola Spreen, dime que deseas. — le dijo con tono firme y alegre, spreen estaba con ojeras, cabello desordenado y cansado.

— Dormir... Perdón, ¿Tenes nuevos funkos? — Tanizen asintio y tanto como la vaquita y el rubio se preocuparon por la salud mental del muchacho

— ¿Dime spreen, te haz enterado del robo de juan? — pregunto mientras buscaba en una caja nuevos funkos

— No, y no me importa.. ayer tuve un día re largo y no dormí un culo — tiró si cabeza a la mesa, y noni solo le daba suaves caricias a su cabello, deprimido por este.

— Mmh, bueno el funko saldría 6 tortillacoints de plata — Spreen sólo le dió lo que pedía y se fue agotado, ya queria dormir y descansar.

En el camino se encontró con mayichi, a lo que ambos se saludaron.

— ¿Te haz enterado del robo de juan? — spreen sólo nego con la cabeza y siguió su camino, y cada que se encontraba con alguien mencionaban al hechciero, algo que molesto al oso ya que no salía de su mente.

Descansó un poco y se sentó bajo un árbol, para luego sacar de su inventario una tortilla y darle un mordisco.

Sintió sollozos, algo que hizo mover sus orejas hacia abajo, miro a su alrededor y espió detrás del árbol. Logró verlo a él, tan undívago. Se movía como las olas del mar, mientras lágrimas salían de sus ojos marrones.

Se acerco a pasos lentos detrás de él, y se sento al lado de este. Algo que estremeció repentinamente al hechciero, se alarmó y saco su espada

— ¿Oso? ¿Que haces aquí?

— ¿Por que chota lloras? – bueno, spreen seguia siendo el spreen de siempre. Era obvio que no se tomaría el tema con seriedad.

— Solo estoy cuestinandome y reflexionando aceca de mi padre y yo, también de acerca de una amada.. — limpio sus lagrimas con sus suaves manos.

— ¿Amada? — ¿Le habia ocultado que tenia una amada? Aunque bueno, seguramente podría ser aquella joven de nombre ari

— Larga historia, ¿Que haces aquí? — spreen solo desvio la mirada.

— Fui a comprar este funko de pelusa — le mostro la caja alegre — ¿No es fe fachero?

Juan se digno a reir en voz baja, se sentía bastante bien junto a él.

— ¿En serio crees que no lo sé...? — pregunto con tono amenazante repentinamente el hechicero.

Spreen se quedo confundido.

— Sé que me robaste, "Señor ocho".

[...]