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El día había pasado sin percances; Viserys no se había apartado ni un momento del lado de Daemon, argumentando que el suelo era traicionero y Daemon podría caer si no tenía cuidado. Daemon había protestado, pero no pudo negar que su esposo fue un buen apoyo para su cuerpo ahora muy pesado, ni siquiera su armadura pesaba tanto como su vientre lo hizo estos últimos meses.

"Sin duda será enorme." Comentó Rhaenyra, quien comía un poco de carne al otro lado de la mesa.

Daemon sonrió, acariciando su vientre, algo que ya era rutinario últimamente. "Oh, lo será, Rhaenyra." Daemon sonrió al pesar en el bebé.

Rhaenyra le sonríe en cambio. "¿Crees que tendrá el cabello lacio como el tuyo o será más al estilo de papá?" Pregunta, interesada en saber las pequeñas diferencias que podrían existir de los dos Targaryen en su hermanito Aegon.

Daemon observó a Viserys, el rey había estado entrenando un poco con un círculo de guardias rodeándolo, no se había levantado hasta que Rhaenyra le dijo que podía cuidar de Daemon mientras él corría a sostener una espada para darle el uso que ésta merecía. "Diría que puede que sea ondulado como el de Viserys pero tal vez en su adultez sea un poco más definido gracias a mí, aunque probablemente le guste llevarlo más corto, igual que su padre... A él le molestaba mucho el cabello en la cara cuando era joven." Daemon sonrió ante los recuerdos de su hermano ordenando a alguna sirvienta que cortara su cabello crecido. Un pequeño Daemon correría siempre a tomar un mechón antes que la servidumbre los recogiera de la habitación, le gustaba coleccionar objetos especiales cuando era un cachorro.

Rhaenyra observó el amor en los ojos de Daemon al contar aquellos detalles de su juventud con su padre, definitivamente ellos siempre estuvieron destinados a arder juntos. "Ustedes, lo suyo, es especial, Daemon." Daemon le sonrió.

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Rhaenyra había ido a cazar junto a Criston Cole, mientras Daemon sólo podía observar los juegos, bailes y sesiones de entrenamiento a su alrededor. El rey consorte suspiró, deseando poder moverse sin que le doliera todo para disfrutar del día.
"Aegon, me estás matando de aburrimiento. Es raro, porque cuando te hicimos era una actividad muy divertida, de verdad." Susurró bajo, acariciando su vientre entre la tela mientras se llevaba un pastelito a la boca.

Viserys besó su cabeza desde atrás, asustando un poco a su consorte. "No deberías decirle esas cosas, mi amor."
Dijo el rey, mientras tomaba asiento junto a su esposo, acariciando su vientre con ambas manos.

Daemon bufó. "Nada que no sepa, ¿no recuerdas que me has tomado embarazado? A veces pienso que tienes algo con follarme en este estado." Daemon sonrió al observar a su rey que prefirió esconderse entre sus ropas y besar su vientre.

"Eres imposible." Dijo Viserys, sonriendo contra su vientre.

Daemon suspiró. "Soy el príncipe canalla, es todo." Los dedos delgados de Daemon cepillaron el cabello rizado de su hermano, suspirando felizmente al tener la atención de su alfa.
Últimamente Daemon necesitaba la atención de su hermano constantemente. Era uno de esos efectos que venían con el embarazo en los omegas.

Daemon ponía reírse de sí mismo, había pasado 10 años lejos de su hermano, en la guardia de la ciudad, y ahora no podía estar fuera de la vista o toque de Viserys por más de cinco minutos.
"Aegon odia que estés lejos de nosotros." Suspira al sentir a su hijo moviéndose dentro, haciéndolo sentir un poco incómodo, tendría que levantarse pronto.

Viserys se endereza, besando los nudillos de Daemon con amor. "¿Solo Aegon lo odia?" Pregunta con sorna, levantando la ceja derecha.

Daemon ríe mientras palmea el hombro de su esposo. "Yo también lo odio, ¿bien?" Suspira.

Viserys ríe, besando a su esposo en los labios. "Me encanta que aceptes que me extrañas, mi amor."

Daemon hace un ademán con la mano, fingiendo no darle importancia.

"Quisiera tenerlo ya en mis brazos." Dice Daemon, tomando las manos de su alfa entre las suyas, pasándolas por su prominente vientre.

Viserys ahueca el vientre con ambos, observando con gran amor en sus ojos a su esposo. "Yo también." Viserys suspira, esperanzado.

"Quiero que nazca pero pienso que también lo extrañaré aquí..." Daemon se  palmea el vientre, dejando salir el aire de sus pulmones.

"Puedo llenarte con uno y otro cuando quieras, mi amor." Viserys promete, besando los hermosos labios de su rey.

Daemon sonríe entre el beso, esperando que su rey cumpla su promesa.

La sangre del dragón. ─═✧Visemon [INCONCLUSA] Where stories live. Discover now