〔 Capitulo 5 〕

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Las personas del Pueblo Naranja, al enterarse del trato que estaba recibiendo, tomaron con indignación la situación, comenzando a prohibirles el paso al pueblo a todo aquel que proviniera del pueblo vecino.
Sólo existían dos excepciones, y eran por matrimonio: Carrera y Julio eran los únicos dos permitidos del Pueblo Verde en el Pueblo Naranja, y esa situación comenzaba a dejar ver que terminaría en algo peor si seguían excluyendose de forma absurda.

Pero en ese momento no le fue importante la posible guerra entre pueblos; no, para Mayichi lo importante era el estado mental de su mejor amigo, quien no había abandonado su local desde que Juan había muerto.

El restaurante estaba cerrado, la única persona con acceso, además de Spreen, era ella, pues le ayudaba a mantener el local limpio. Mayichi tenía la esperanza de que, cuando los ánimos se calmaran, su amigo oso retomaría su vida, y seguramente odiaría tener el trabajo de su vida en condiciones deplorables.

Ese era su pensamiento, intentaba demasiado mantenerse positiva y transmitir esto a sus amigos, al menos a los más cercanos, de verdad quería que pudieran avanzar con su vida.

Sin embargo, ahí estaba de nuevo. Como lo había estado haciendo desde hacía algunos días, luego de terminar de limpiar el restaurante, Mayichi subía a la oficina del oso, la cual permanecía cerrada por una puerta de hierro con contraseña. Spreen intentaba demasiado mantener a todo el mundo lejos de él, no quería que nadie lo viera en un estado tan vulnerable.

Ni siquiera Mayichi había podido verlo.

Todo lo que ella hacía en sus visitas era sentarse fuera de la oficina, y hablar. Le contaba sobre su día, las cosas que ocurrían en el pueblo, las tonterías que sus amigos hacían; cualquier cosa que pudiera hacerlo sentir mejor Mayichi se la contaba, y a pesar de no recibir respuesta sabía que el oso la escuchaba, pues siempre podía ver por el pequeño espacio que quedaba entre la puerta y el piso la sobra del oso, sentado espalda con espalda, separados por la puerta a la que él mismo había puesto candado y había tirado la llave a la lava.

Y así pasó una semana, hasta que Mayichi regresó con una noticia que no sabía cómo decir sin hacer que el ya de por roto corazón de su amigo terminara por pulverizarse.

—Encontraron el cuerpo de Juan.— Fue lo primero que pudo decir, notando la sobra moverse.— Estaba bastante maltratado y casi no quedaba nada de él, pero había lo suficiente como para que Zorman lo examinara y confirmara que es él... Mañana le harán un funeral en lo que queda del Pueblo Central.

Eso fue todo lo que ella pudo decir, no sabía realmente cómo suavizar ese golpe para el híbrido, pues no tenía forma de darle consuelo físico.

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanWhere stories live. Discover now