Inconscientemente, como cada que algo malo ocurría, Mayichi dirigió su mirada a su amigo oso, el cuál se había acercado a donde Carola, Tanizen y ella se encontraban.
Su máscara estaba curiosamente intacta, no podía decir realmente qué era lo que pasaba por la mente del argentino, pues la máscara no le permitía ver realmente qué era lo que estaba pasando con él, pero suponía no era algo muy diferente a lo que estaba atravesando Rubí en ese momento.

Spreen también había perdido a la persona que más amaba.

—¿No escucharon al oso?— Finalmente habló, captando la atención de todos los presentes por el tono tan amenazante que salió de su boca.—; si Juan está por algún lado seguro está herido el pelotudo. ¡Busquenlo!

Oh no, dos osos en negación con el corazón roto no podía ser algo bueno, Mayichi no tenía un buen presentimiento de esta situación.

Varios días habían pasado desde que la búsqueda por el cuerpo de Juan se estaba llevando a cabo, realmente no tenían demasiadas esperanzas en encontrar al hechicero con vida, así que la misión de rescate se convirtió en una de recuperación de su c...

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Varios días habían pasado desde que la búsqueda por el cuerpo de Juan se estaba llevando a cabo, realmente no tenían demasiadas esperanzas en encontrar al hechicero con vida, así que la misión de rescate se convirtió en una de recuperación de su cuerpo. Así al menos podrían darle un entierro digno a su querido amigo y guardián.

Las cosas se habían complicado bastante, pues la tristeza de los pueblos, junto a las consecuencias que quedaron debido a Xena, habían hecho que los ánimos estuvieran bastante tensos.
Y esto sólo empeoró cuando las personas comenzaron a querer castigar a un culpable por la muerte de Juan; ¿y quién era el pobre desafortunado que señalaban como responsable del sacrificio del hechicero? Tanizen. Comenzaron los señalamientos hacia él, todos al grito de "si no hubiera estado en peligro Juan no habría dado su vida por salvarlo."

Era irracional pensar en culpar a alguien por lo que había sucedido, pues si a esas iban todos eran culpables entonces, pues Juan se había sacrificado para salvarlos a todos, pero parecía que nadie quería ser racional o buscar una respuesta lógica a todo el problema. Estaban enojados, lo entendía, pero culpar a alguien más no traería a Juan de vuelta.

Esta situación comenzaba a escalar a un ritmo que a la castaña no le gustaba, pues Tanizen había comenzado a ser agredido en el Pueblo Verde, diciendo que no lo querían ver por las calles de su hogar.

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora