Capítulo n°°12: Primera parte: "Viviendo en paz hasta que...."

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El espectáculo es único, la nieve azul que cae por una enorme cascada prácticamente congelada hace que todo sea muy brilloso, los árboles se tiñen del mismo color y los animales divagan de un lado a otro cuando ven movimiento. Las mariposas forzó azul, gecko azul eléctrico, serpiente coral azul y el dragón azul, que se refugia en la cumbre de la montaña.

Para los Mercurianos el azul significa libertad y lealtad, son los símbolos que integran el aro de los doces colores de Tartania. Es el juego que sucede en cada nacimiento dentro una familia hibrida, ósea un azulado con una persona, obteniendo un nuevo habitante con diferentes cualidades en su cuerpo. Eso puede variar porque se mezclan los colores o cambian los mismos en diferentes circunstancias también dependen de sus emociones.

El aro de los doces colores de Tartania, es el evento más importante del año para los anfitriones del planeta. Ya que se consagra campeón el vencedor de la prueba de cenizas.

Los tres guardias que acompañan a Cijon no se cansan de admirar el bosque porque una creación bellísima que no tiene comparación, al terminar la calle van adentrándose a un pedregal que impide el paso. Se bajan para tratar de quitar algunas piedras que hacen imposible cruzar, cuanto más se demoran, más posibilidad de perder el rastro del rey tienen y eso no es para nada bueno.

- ¿Falta mucho, guardia Aveto? – pregunta el adivino demasiado preocupado.

-Nos quedan tres senderos mas por recorrer – responde sacudiéndose la tierra de su vestimenta – Me parece que no podremos llegar a tiempo.

-Ojalá que sí porque yo no quiero que nadie muera – esas palabras dichas con tanto pesar salidas de su boca causan angustia en Aveto, que teme por la seguridad de su familia.

Espera que a su regreso no haya ningún acontecimiento fuera de lo normal sino el rey se enojaría muchísimo con él por abandonar su puesto.

Los accesos a la desolada ciudad, pero con un hermoso lugar para pasear, se vuelven dificultosos para las ruedas del transporte que los lleva. El último camino un poco empinado necesitan subirlo a pie porque corren el riesgo de caer al precipicio y morir, no tienen otra alternativa.

-Bueno hasta aquí llega la carreta – toma un bolso con cosas necesarias y sale agachando su cabeza – ahora debemos caminar para cruzar el puente colgante.

-Mejor yo me quedo a cuidar que nadie se robe la carreta – Rayan, el segundo guardia no quiere correr el riesgo de atravesar ese puente que tanta mala fama le adjudicaron.

-Muy bien, quédate con Minus – dice Aveto moviendo su cabeza negativamente - ¡Cobardes! – murmura para sus adentros.

- ¡Suerte! – gritan en coro los dos guardias.

Aveto y Cijon emprenden el viaje por el camino de tierra, se esfuerzan en no disminuir la velocidad, aunque es un poco imposible con tantas rocas que hay en el diminuto trayecto. Ellos piensan que todo abra valido la pena cuando vean a su rey, sin embargo, el cansancio y molestias en las plantas de sus pies, duplican tanto el esfuerzo como las energías que deben tener, llevan recorrido dos kilómetros faltándoles más de dos.

-No crees que deberíamos descansar un poco – sugiere el guardia sujetándose las correas del bolso para no flaquear.

-Lo haremos debajo de ese árbol – Cijon señala un enorme pino que llorar y tiene frutas azules pequeñas.

Se llaman "Agraz Silvestres" frutas provenientes del bosque, que sirven para curaciones. Fue lo que utilizaron para tratar de salvar vidas durante la caída del imperio York – Ford, después en la guerra del cosmos donde casi se extinguen. Son conservadas y cuidadas por lo centinelas a cargo de vigilar que nadie las destruyas.

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