Dentro de la oficina, Juan no percibió mucho cambio a comparación de la oficina que conocía del Spreen de su mundo. Seguían habiendo cuadros de lo que él decía era un modelo, algunas fotografías de días importantes, su gato dormía cómodamente en una cama que se notaba era costosa. Probablemente, lo que más llamó su atención eran las fotografías cuidadosamente puestas donde se podía apreciar al híbrido y al mago de esa dimensión; sintió por un momento cómo el Spreen que él conocía preferiría que lo hiciera comer cagada antes que poner una fotografía de ellos dos juntos.
Sus sentidos se alertaron al ver que una silla de terciopelo rojo, la cual estaba dándoles la espalda desde que llegaron, se giró para encararlos. Ahí se encontraba el tan mencionado Patrón.
A ver, ¿cómo decía esto sin sonar tan gay?
El tipo se veía guapo.
Muy guapo. El sobrero que siempre había usado desde que se conocieron permanecía ahí, sin embargo, Juan no pudo evitar pensar que el rojo le iba mejor al oso. Llevaba también encima de la camiseta un chaleco de tono gris, corbata y pantalón negros, además de esa máscara que nunca abandonaba su rostro.
Mientras Juan procesaba maneras en las que desearía no verse babeando por el oso, Carola se acercó a su jefe, susurrando algo que nadie alcanzó a escuchar, solo ellos dos y que, a juzgar por la postura del de cabellos negros, no era nada bueno.
Tanizen intentó sin éxito apuntar el cañón de su arma al híbrido cuando escuchó un ruido seco, el oso había prácticamente saltado encima del hechicero, quien sólo pudo soltar un grito desesperado al verse atacado.
-¡Ayuda!
-Tenés exactamente 3 segundos para decirme quién pija sos o todos ustedes se mueren acá.
Juan sintió miedo genuino por primera vez del oso, claro que a veces peleaban y se insultaban hasta aburrirse, pero Juan tenía muy en claro que el híbrido nunca le haría un daño real a menos que él se lo hubiera hecho primero. Y fue entonces cuando extrañó de más al híbrido que nunca saltaría encima de él como si fuera una presa, no le gustaba esta situación.
-¡Juan, la máscara!, ¡quítate la máscara!- Le gritó Drako, obedeciendo al instante.
Y de repente sintió su cuerpo más ligero, como si se le hubiera quitado un peso de encima. Y es que efectivamente, el híbrido había salido de encima suyo para mirarlo, a juzgar por la rapidez que subía y bajaba su pecho, se estaba hiperventilando.
-Eu capo, respira.- Betra se apresuró a acercarse a él, lo cual fue aprovechado por el hechicero para acercarse a sus amigos y asegurarse de que estuvieran bien.
-¿Tú estás bien?, ¿este hijo de puta te lastimó?- Preguntó con preocupación Tanizen, tocando con sus manos el rostro del castaño.
-Estoy bien, tranquilo. Todo está bien.
Antes de que pudieran hacer cualquier movimiento, la imponente voz del híbrido sonó por toda la oficina.
-Saquen a todos de acá, pero a ese- Su dedo apuntó a Juan- me lo dejan.
-¡Ya oyeron al hijo de puta, muévanse!- Carrera fue el primero en empujar al grupo fuera de la oficina, saliendo todos uno por uno, hasta solamente quedar Spreen, Juan y Carola, quien permaneció un momento para asegurarse que su jefe no necesitara nada más.
Una vez que se quedaron a solas, el de gafas no supo realmente cómo romper el hielo.
Era extraño, nunca tuvo dificultades para entablar conversaciones con el oso, pero claro, su oso jamás había intentado matarlo de forma seria.
ESTÁS LEYENDO
〔Why'd It Have To Be Him?〕; Spruan
FanfictionLuego de todo el desastre que fue para Juan el enterarse que era hijo del Profeta, sus poderes lo llevaron a otra dimensión. ¿Cuál es el problema de esto? Que en su mundo dejó a otro Juan, uno que está ahí para sembrar el caos. 『 - Se shipean cubito...
〔 Capítulo 4 〕
Comenzar desde el principio
