〔 Capítulo 3 〕

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Juan levantó las manos en señal de paz, mostrando que no tenía intenciones ocultas en su curiosidad.

-¡Perdón, perdón!; es que quería ver qué había pasado entre los pueblos y vi los materiales aquí y yo no quise perdóneme no se enojen conmigo yo-

-Respira, Juan.- El castaño sintió como Drako se acercaba a él para intentar tranquilizarlo, solamente así se dio cuenta que estaba a punto de tener un ataque de pánico.- ¿Qué planeabas hacer exactamente?

-A ver, es que sé que dijeron que perdieron la conexión entre ambos pueblos, pero no entiendo porqué. Osea, hay materiales aquí para reconstruir los portales, ¿por qué no lo han hecho?

-¡Porque son gilipollas, por eso!- La voz molesta, tanto de Tanizen como de Noni, llamó aún más la curiosidad de Juan.

-¿Pero tanto así como para haber evitado por años el tener contacto otra vez?

-Escucha, Juan, hay muchas cosas aquí que en tu dimensión no pasaron, y no sabes el gusto que me da que tú no tengas que pasar por todo esto. Pero ya te digo yo que si no hemos rehabilitado los portales es porque no vale la pena.

-Pero ustedes dos son del Pueblo Naranja, ¿por qué insisten tanto en evadirlo?

-¡Porque nos negamos a vivir en una dictadura!

La declaración de Noni le hizo fruncir el ceño, no estaba entendiendo nada, y el no tener respuestas comenzaba a molestarlo.

-¿De qué chingados hablas?, ¿cómo que dictadura?

Juan escuchó a Tanizen llevarse una mano a la cara mientras soltaba un suspiro pesado. Lo había quebrado lo suficiente como para obtener una respuesta.

-De acuerdo, pero jura que después de saber no vas a intentar volver a hacer algo como esto sin preguntar.

-Prometido. Cuéntame qué pasó.

Noni ayudó al hombre ciego a llegar hasta la fuente, donde una vez tomó asiento y se aseguró que Juan pudiera oírle, comenzó a relatar.

-El problema con los portales empieza cuando nuestro Juan muere. Yo estaba ciego y deprimido como para verlo, pero las tensiones entre ambos pueblos se fueron avivando cada vez más con cada día que pasaba. Habían peleas fuertes entre miembros de ambos pueblos, se evitaban como la plaga, hacían problemas por cada pequeño inconveniente donde estuviera involucrado alguien del pueblo contrario. Y todo esto escaló cuando Rubí desapareció por un tiempo- Tomó una breve pausa, notando los presentes ahí como Tanizen parecía pedirle permiso a la vaca para continuar. Una vez tuvo su afirmación, continuó.-; las personas comenzaron a distanciarse, amistades entre personas de pueblos distintos se vieron afectadas por el conflicto, muchos se fueron para no quedar en medio de las guerras, algunos otros intentaron seguir con sus vidas como si nada hubiera pasado, pero la tensión la podías sentir a cada rincón que ibas.

-Pero eso no suena a dictadura. Osea, si se escucha culero vivir en medio de una guerra, pero ¿fue tanto así como para que lo percibieran así?

-Que aún no llega a esa parte, hechicero.- Le interrumpió Noni, dando la palabra a Tanizen nuevamente.

-La situación era sofocante la verdad, pero dentro de todo se podía vivir con ello. Pero hubo alguien que no pudo avanzar. Como te dijimos antes, nuestro Juan era alguien muy querido y respetado por todos, a su esposa no fue la única a quien le dolió su muerte, habíamos un montón de personas que no supimos lidiar con su muerte, y... Quien tomó las peores acciones, irónicamente, fue otro oso.

-¿Spreen?- Soltó casi sin pensar al escuchar la mención de otro oso, sorprendiendo de forma poco grata a Tanizen.

-¿Lo conoces?

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanWhere stories live. Discover now