La sangre del dragón. ─═✧Visemon [INCONCLUSA]

5

Los Targaryen salieron cuando los primeros rayos de sol se posaron sobre Desembarco del rey, los dragones de la familia real volaron por el cielo hasta Rocadragón, donde ya los estaba esperando uno de los septones y los mismos que fueron invitados a su banquete de compromiso.

Otto Hightower no está presente y su hija tampoco, eso a Daemon le había traído paz.

Todos subieron los peldaños hacia las rocas más altas, donde la vista hacia el mar era hermosa, la niebla cubría la mayor parte y los banderines rojos que colgaban de las rocas se mecían con el viento. El rey Viserys vestía la ropa tradicional para la boda Valyria, una túnica larga de color crema, cuello y mangas rojas, ceñida al torso por más tela del mismo color. Sus cabellos descansaban sobre sus hombros, amarrados por una media cola, la corona sobre su cabeza recién pulida.

Viserys observó cómo de entre la niebla se dejaba ver la figura de Daemon, quien vestía un atuendo similar al que llevaba, a excepción de que en su cabeza portaba el casco tradicional de Valarian, sus cabellos aún cortos pero lo suficientemente largos para ser tomados también en una media cola.
Viserys se quedó sin respiración a ver a su ya casi esposo.

Rhaenyra sonrió en toda la ceremonia, observando a su padre y su nuevo papá cortar sus labios con la hoja de vidriagón, marcando cada uno la frente del otro, cortan las palmas de sus manos para que la sangre pueda mezclarse, siempre sonriendo a pesar del dolor punzante de las heridas recién hechas. Con sus manos unidad, descansando sobre el pecho del rey, Daemon bebe de la copa y luego Viserys hace lo mismo.
"Una sola carne, un solo corazón, una sola alma, ahora y para siempre".
Por último ambos se besan, probando la sangre del otro en un beso lento y cargado de sentimientos, de promesas que ambos se juran en silencio.

Ambos dragones están unidos de ahora en adelante, asegurando un linaje de sangre pura.

Ambos juntan sus frentes, sonriendo aún con las manos unidas.

Rhaenyra rompe el silencio felicitando a los recién casados, uniéndose a ellos en gran abrazo.

"Solo falta consumar nuestra unión." Susurra Daemon con una sonrisa juguetona en sus labios cuando Rhaenyra se une a los invitados.

Viserys sonríe, acariciando el costado del rostro de su esposo, pasando su dedo pulgar por la herida aún sangrante del labio del omega. "Espera a la noche, querido mío." Entonces el rey atrae a su consorte nuevamente a un beso, apretando sus cuerpos hasta que el más mínimo espacio entre ellos desaparece.

Los Targaryen e invitados bajan de la montaña rocosa, siendo recibimos en el gran salón, donde todos los felicitan y desean lo mejor a su matrimonio.

"Es más que claro que todos aquí necesitamos ver a la nueva pareja de soberanos bailar su primer danza matrimonial." Rhaenyra alzó la voz para que todos en el salón la escucharan. Los invitados aplaudieron y abrieron paso a los esposos para que ambos se posicionaran en el centro del salón, los músicos comenzaron a tocar una melodía lenta. Daemon apoyó la cabeza en el hombro de su esposo y Viserys apretó su agarre en la cintura de su omega, moviéndose al compás de la música sin dejar de sonreír.

"Quiero que nuestro primer cachorro se llame Aegon." Susurra Daemon, su aliento golpeado la carne del cuello de Viserys.

El rey besa sus cabellos. "¿Por qué estás tan seguro que es un niño, mi amor?" Pregunta mientras sonríe, acariciando la espalda de su esposo.

Daemon ríe bajo. "Soy un omega, un portador de vida, sé que mi primer cachorro será varón, tal vez lleguemos a tener una niña, pero no hasta varios intentos después." Alza la cabeza, sonriendo hacia su rey mientras Daemon humedece sus labios con su lengua, movimiento que Viserys observa atento.

"Bueno, entonces no descansaré hasta darte una hija." Ríe Viserys y Daemon lo sigue. "Ah, Aegon Targaryen, suena perfecto, mi amor." Viserys abraza a su consorte mientras se balancean al ritmo de la música. "Presiento que será igual que tú en muchos aspectos." Pensar en el futuro le da un sentimiento de calidez a su corazón que hace que sea imposible parar de sonreír soñador.

Daemon suspira. "Quisiera tenerlo ya en mis brazos." Dice, apretando la mano de su rey que sostiene la suya.

"Yo también, querido."

El baile siguió hasta que Viserys estuvo lo suficientemente cansado como para llevar a Daemon hacia sus asientos, bebiendo del vino que se sirvió, observando a su alrededor a las personas bailando y disfrutando de la fiesta.
Por las ventanas, el sol brillaba en lo alto del cielo, pronto sería de noche y la pareja tendría que ir a consumar su boda. Daemon aprieta sus manos entre sí, mataría antes de decir que él, el príncipe guerrero de la Casa Targaryen, estaba nervioso.
"¿Algo mal, querido?" Viserys lo nota, siempre nota el mínimo cambio de humor en Daemon.

Daemon niega. "No hay nada mal, querido." El omega sonríe, limpiando la comisura de los labios del rey cubiertos de vino rojo.

Viserys asiente, aunque no muy convencido.

Daemon respira pausado, trata de relajarse. Ha tenido noches en el lecho de alguien más, en la Calle de la seda, pero él había estaba a cargo, ahora es diferente, Viserys tomará algo que nadie más ha tomado. Dolerá, eso Daemon lo sabe, él fue el dolor de muchos betas tiempo atrás, sólo espera que Viserys lleve las cosas lentas, pero también le reconforta saber que su rey jamás le haría daño alguno. Viserys primero quemaría los siete reinos antes de hacer algo que lastime a Daemon.

Pasaron muchas horas antes que los reflejos de la luna brillaran sobre las ventanas del castillo de Rocadragón. A Daemon le sudan las manos, casi era hora que ambos se retiraran, la fiesta seguiría, aún sin ellos. Viserys había proclamado tres semanas de fiesta y torneos en honor a su boda.

"Ya casi es hora, su majestad." Susurra Daemon en el oído de Viserys, acomodándose en su regazo. Su propio asiento le había resultado aburrido hace unas horas, optando por sentarse en las piernas de su rey. La mano izquierda de Viserys estaba sobre su cadera y la derecha apretaba y frotaba su muslo de vez en cuando.

"Hmm, así es." Afirma el rey. "Sé que has estado nervioso todo el día." Habla el rey, mirando fijamente a los ojos de su esposo.

Daemon sólo lo observa, nunca había fallado fingiendo sobre su estado de ánimo, supone que Viserys lo conoce más de lo que él se conoce a sí mismo, y todavía faltaba la marca que estrecharía ese enlace, haciéndolos capaz de sentir los sentimientos del otro. "Se puede estar nervioso en tu primera vez, alfa." Trata de aligerar Daemon, peinando los cabellos de Viserys.

Viserys lo observa. "Estás en tu derecho, mi luna. Pero no se te olvide que tu felicidad está por sobre todas las cosas, incluso por sobre mí. Esta noche te consentiré, ya lo verás." Promete, besando a su esposo, mordiendo el labio de Daemon, teniendo cuidado con la herida ahí.

Daemon jadea, tomando un puñado de cabello de su hermano, tal vez girando sólo un poco sus caderas en el regazo de Viserys, abriendo la boca para que la lengua del alfa pudiera atacar la suya. "Viserys..."

El alfa gruñe bajo ante los movimientos de Daemon, imperceptibles para los invitados del salón pero muy reales para su entrepierna. "Necesito llevarte a nuestra habitación antes de que te tome aquí mismo." Habla con urgencia.

Daemon ríe. "Sabes que no permitirías que todos me vieran así; desnudo, suplicando por tu nudo." Daemon tienta, con sus dedos largos recorre el pecho de su rey.

"Tienes razón, haría que Balerion los quemara a todos antes que vean una porción de tu piel." Habla territorial, tomando la mandíbula de Daemon con una mano para atraerlo a otro beso exigente. El rey que había pasado todo su reinado en paz, ahora podría quemar ciudades enteras por Daemon.

Entonces ambos se levantan, agradecen a quienes asistieron a su boda, y se despiden. Todos saben a qué van a continuación y les aplauden a medida que la pareja camina tomados de la mano hasta la salida, todos los presentes elevan oraciones para que la pareja conciba un cachorro esa misma noche.

Daemon y Viserys apenas logran pasar la puerta de sus aposentos antes de desvestirse con urgencia.

_______
__________