Demon Lord

Death Evolution II

Determinado a proteger a toda costa a su amo, el amigable fantasma presumía un brillo en sus ojos, que hizo titubear por un momento a Metalgreymon.

―¡No permitiré que des un paso más!― exclamó el fantasma lanzando un puñetazo con la enorme mano, que emergió desde los adentros de su sábana que formaba su cuerpo, dando en la frente metálica del dinosario, haciéndolo retroceder.―

Ante esto el arlequín, sorprendido aplaudió por semejante hazaña imprevista. ―¡Espléndido!― exclamó ―Sigan entreteniéndome y quiza prolongué más sus vidas― agregó maliciosamente.

―Te recuerdo... Eres aquél Agumon que perseguíamos. Pudiste haber sido igual de fuerte que yo,  si te hubieras unido. Tu poder no será suficiente.― dijo, acompañado de un rugido y preparando los característicos misiles de su pecho, exclamando "¡Giga Destroyer!", para después salir estos proyectiles a toda velocidad.

No había escapatoría, los misiles darían con el objetivo que eran el fantasma y su amo, así que decidido a proteger a su señor hasta el último momento, se arrojó a hacerle frente a los proyectiles, sujetando cada uno. La explosión cobraría su vida, pero podría darle tiempo a Vamdemon.

―¡¡¡NO, BAKEMON!!!― gritó desesperadamente el murciélago, seguido de una escandalosa explosión que los llevo a un piso más abajo de la mansión, donde se encontraba la sala de huéspedes, ahora cubierta de escombros.

El estallido hizo que Piemon tuviera que cambiar de lugar, pero sin perderse ni un solo momento de la batalla, estaba tan emocionado como espectador que por un momento parecía no importarle sus planes.

Sintiéndose seguro de haber ganado, MetalGreymon lanzó su característico rugido metálico en son de victoria, pero dentro del humo que aún no se disipaba, se  distinguían algunos destellos, parecía que el fantasma había sobrevivido al ataque y no solo eso, había alcanzado su siguiente evolución, que emergió de entre el polvo y pedazos de la mansión, envuelto de destellos y humo con su nueva forma; un dinosaurio enorme del que parecían solo quedaban los huesos, armado con un enorme misil en la espalda y dentro de sus costillas, un enorme corazón carmesí , cuyos lastidos podían escucharse. Se trataba de SkullGreymon, quien ya estaba propiciando un puñetazo en la enorme cabeza metálica de su enemigo, llevándolo así hasta el suelo.

La lealtad y determinación, combinadas con el sacrificio de su propia vida en la explosión, lo llevaron a alcanzar el siguiente nivel una vez más a través de Death Evolution al supuestamente haber perdido la vida durante la explosión, poniéndolo a la par de su adversario e irónicamente siendo la contraparte evolutiva de este, a  lo que miraban atónitos el arlequín y el vampiro, quien estaba tratando de salir de entre los escombros.

El esquelético dinosaurio, que no contaba con ninguna parte cibernética a diferencia del rival, pues todo era orgánico, incluyendo el arma de destrucción masiva que llevaba en la espalda, saltó encima del enemigo y  roció sobre él, su aliento usado como una de sus armas, una bruma púrpura que dificultó la movilidad del contrario, inhabilitando sus misiles y dejándolo aturdido, a lo aprovechó dándole una golpiza descontrolada con ambos brazos, tratando de machacarlo, hasta que no quedara nada de sus circuitos. 

La nueva etapa del fantasma había tomado tanto por sorpresa al ciberdinosaurio, que no pudo evitar ninguno de los ataques, quedando muy maltrecho, pero aún sin perder la voluntad de pelear, a lo que respondió con un cabezazo, quitando de encima al oponente.

―¡SkullGreymon, no podrás contra mí, yo soy mejor que tú, una versión optimizada!―

―Eso ya lo veremos...― respondió desafiante y rechinando sus enormed fauces y en seguida embistiéndolo, quien lo recibió con la garra orgánica que tenía y la metálica que se encontraba destruida, pues a pesar de su mal estado, aún gozaba de mucha energía, suficiente para forcejear con el esqueleto, mano a mano, como si ambos trataran de derribarse a pura fuerza bruta.