Ventanas blancas en las mañanas

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No soporto las mañanas, siempre un terrible inicio de día. Con mi piernas heladas y mis pies descalzos. Siempre duermo bien abrigado, pero cuando despierto, despierto helado; con dolor en el pecho, el pecho helado; todo porque cuando duermo con mis mantas me envuelvo pero siempre me muevo de lado a lado. Un vago recuerdo invade mi mente, recuerdo borrosos de aquel sueño se hacen presentes. Con una mirada baja el suelo observo, desanimado por alguna razón, una mano se acerca a mi a mi lado, de lado a lado me muevo al instante, "no te levantes", quiero ver de quien fue la mano que se acercó.

Una tenue luz invade mi cuarto, desde el único espacio que la cortina dejó. Me arrepiento de no haberla cerrado la noche anterior, devuélveme a mi sueño, devuélveme por favor. Agarro las mantas y tapo mi cara, mientras más oscuro mejor no quiero ver la luz de la mañana.

Pero la mañanas son ruidosas, siempre lo son. La familia preparándose desde temprano, es la rutina diaria levántate temprano y alístate para el trabajo, los estudios o el ejercicio rutinario. Yo escucho silenciosamente, cierro los ojos y relajo mi mente, con la fe de que el sueño que tuve recuperaré, que estaré exactamente en el instante previo al vago recuerdo que invade mi mente. De quien era la mano, porque se acercó, la dudas me tienen atrapado, atrapado en las dudas estoy.

Se me hace interesante la forma en la que todo comenzó, porque mi mirada desconcertada estaba o porque alguien a mi lado estaba, me intriga quien era, alguien conocido talvez o un invento de mi imaginación, pero solo sé que ese recuerdo se perdió.

El bullicio cesa y la calma volvió, ya todos se fueron ahora solo estoy. Cuando más tranquilidad me envuelve más siento inquietud y de golpe me levanto, me destapo y pongo los pies descalzos en el piso y de un brinco fuera de la cama estoy. Los recuerdos de mis sueños siempre me ponen melancólico, aún más el del sueño de hoy. Me aproximo lentamente a mi ventana y corro mi cortina, para poder ver las luz del sol. Entonces es cuando veo las ventanas blancas, blanco el vidrio que se empaño.

Acerco mi mano para sentir el frío vidrio y dibujar su silueta, en eso recuerdo la mano del sueño de hoy, la forma de la misma era más delicada que la mía, de una mujer se trataba ahora seguro estoy. Me alejo de lugar para salir de mi cuarto, entonces el dolor en mi pecho aumenta y me invade la tos. Ahora me doy cuenta que estoy resfriado, tal vez por quedar destapado mientras me movía de lado a lado, y me doy cuenta que también fue por el frío porque anoche llovió, por ello la ventana empañada quedo y entiendo que estaré enfermo todo el día de hoy. Lentamente me retiro cerrando la puerta, volteo la mirada y miro la ventana blanca con la silueta que mi mano dejó. Será un día de mierda porque entre el recuerdo y el resfrío no me dejan tranquilo y yo solo pienso que ya valió.

Tengo sueño cuando despiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora