AMOR CON CONDICIONES

II - ¿Gossip Girl en la regencia?

Aquella semana salió un primer manuscrito, todo el mundo devoraba lo que decían sus páginas. La autora, Lady Whistledown, escribía de todo y todos y sus metidas de pata en cada baile. Tuvo la osadía de hablar incluso hasta de la poca visión que tuvo la reina al elegir a la señorita Penélope Featherington como diamante por encima de Daphne Bridgerton, a la que calificó de estar mejor preparada.

Cosa que puso histérica a Lady Featherington.
Penélope por su parte recordaba el escrito con mucha gracia.

Revista de sociedad de Lady Whistledown

Es la primera vez que levanto mi pluma para dejar un comentario inteligente de una sociedad bastante aburrida y monótona. Entre familias y FAMILIAS, de las cuáles conozco todas o al menos su mayoría, es mi deber expresar mi desacuerdo con la elección pobre del diamante de esta temporada, la señorita Penélope Anne Featherington. Una pelirroja mordaz y muy poco preparada para la vida en la alta sociedad. Además de ese pésimo gusto por el amarillo que la hace parecer un girasol marchito.

No podemos negar que tiene talentos con los que muchas señoritas sueñan. Es una pianista consumada -mucho mejor que sus hermanas, Prudence y Philippa. -sabe hablar latín, francés e italiano además de inglés. Y podríamos decir que sonríe divino, aunque ese no es un talento particular. Hay una señorita que a mi perspectiva necesita un estudio más a fondo, pues es más propia que la señorita elegida por la reina. Daphne Bridgerton. Pertenece a una familia exquisita y de buen gusto con un linaje impecable y legítimo. La señorita Daphne posee un rostro agradable, un genio placentero además de ser muy inteligente, con voz propia, es también una música consumada, tiene una canto divino y habla varios idiomas, sin mencionar su conexión, hermana de un futuro vizconde, hija de vizcondes y no unos simples barón y baronesa.

Tendrían mejor suerte, caballeros, con la señorita Daphne Bridgerton.

—Esa mujer desgraciada te ha dejado por el suelo, Penélope. -Portia Featherington recogió los panfletos y los tiró a la chimenea en un acto de molestia.
—No sabe nada. Tú estás mejor preparada que la hija de Violet Bridgerton, no me sorprendería que la vizcondesa estuviera detrás de esto.

—Las páginas de sociedad suelen decir la verdad, madre. -Dijo Prudence aún algo celosa de su hermana. —Penélope ni siquiera quiere ser el "diamante".

—Te pones verde de envidia, Pru. Pen es linda y si es la incomparable es porque la reina vio cosas buenas en nuestra hermana y no podemos sentir otra cosa que felicidad. -Dijo Philippa sonriéndole a Pen. —Vas a tener un matrimonio increíble, ya lo imaginé todo. Serás... una condesa tal vez. Escuché por ahí que Lord Robert Huxley te visitará. Me lo ha dicho el señor Finch y ellos son muy amigos.

—¿Estás segura de lo que ha dicho tu pretendiente Philippa? Y Prudence, deja de hablar mal de tu hermana y trata de conseguir un pretendiente. -Dijo mirando a su hija mayor. —Dios, si viene lord Huxley hay que darse prisa y atraparlo, Pen, es un conde. Ve a que Nancy te vista con tu mejor vestido y te haga un peinado bonito.

—No quiero, ya he recibido demasiadas visitas en la semana, quiero descansar. Hasta bordar me gustaría más y detesto bordar. -El mayordomo llegó y Portia ignoró las peticiones de su hija.

—Un caballero. El señor Colin Bridgerton. -Y la decepción vino a ser parte del rostro de la madre de Pen.

—Señor Bridgerton. Que alegría verlo aquí. Siéntese. ¿Viene a visitar a alguna de mis hijas? Esperamos a un caballero importante.

—Una conversación rápida, solo vine a dejarle algo a la señorita Penélope de parte de mi hermana. No es nada...

—Claro. Un minuto. -Y Penélope se levantó de su sofá y salió con Colin al pasillo. —¿Y qué me ibas a dar de Eloise?