14 | «¿Siempre buscando una excusa para pelear?»

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—¿Qué hace él aquí? —dirijo mi vista a Eri detrás de Liam que me sonríe encogiéndose de hombros.

—¿Olvidas que mi auto se lo llevó la grúa? —ella se acerca a mí y me abraza.

—¿Tú no tenías un show? —frunzo el ceño hacia él que me sonríe de lado y también se encoge de hombros.

—El show terminó hace como dos horas, Sam —se acerca a mí aprovechando que Eri se ha apartado y me abraza.

Dejo que mi cuerpo se hunda en su pecho y siento un beso cálido en la coronilla de mi cabeza.

—¿Estás bien? —susurra contra mi cabello y yo asiento con la cabeza.

—¿Qué pasó con tu celular? —Eri me mira con los ojos entornados—. Liam dijo que cuando te llamó Joaquín atendió y luego escuchó puro ruido de calle...

—Joaquín me lo quitó —suelto.

Quiero contarle lo demás a Eri, pero no puedo hacerlo delante de Liam porque sé perfectamente que si se entera ni bien nos deje en casa irá a buscarlo y van a pelear. Lo conozco como a la palma de mi mano.

—Me imagino que le terminaste —Eri alza las cejas formando un arco en su frente.

—No le dije que hubieramos terminado, pero supongo que es algo que asumirá solito.

—Al fin, Sam, ese chico solo era una molestia.

Noto como ella le echa miradas sonrientes a Liam que se rasca la nuca y acto seguido pasa un brazo por encima de mi hombro.

—¿Nos llevas a casa, estrellita? —Eri no espera respuesta y se encamina hacia el audi negro estacionado en la esuqina.

—¿Segura que estás bien? —me pregunta él una vez que quedamos solos—. Si te hizo algo...

—¿Siempre buscando una excusa para pelear? —en el instituto igual—. Estoy bien, Liam ¿no lo ves?

Me doy una vuelta mientras él me hace un escaneo a cuerpo entero con los ojos y en su rostro se dibuja una sonrisa ladina.

—Sí, veo —murmura—, veo que voy a acabar jodido otra vez.

—¡Ay, Liam! —suelto en un quejido.

—No lo dije en un mal sentido, fenómeno.

Guiña un ojo y sigue caminando hacia el auto. Al llegar abre la puerta del lado del copiloto para que entre y rodea el auto para meterse también. Eri desde atrás sube y baja las cejas sonriendo.

—¿Quieres quedarte en nuestra casa, estrellita? —pregunta Eri y él me echa una ojeada a mí.

—Solo está libre el sofá...

—Puede dormir contigo —se apresura a decir ella—, digo, no sería la primera vez.

Liam sonríe negando con la cabeza.

—Esta vez paso, mi hermano y mi abuela están esperándome.

—¿La nonna está en New York? —pregunto con emoción.

Solía visitarla regularmente pero luego me mudé para comenzar la universidad y ya casi no iba al pueblo. Mamá y papá se mudaron conmigo a los pocos meses y sin nada que hacer allá, ninguno de los tres volvió a poner pie en el pueblo.

—Llegó hoy, no la he visto aún —comenta él—. ¿Quieres verla? Ven a merendar con nosotros mañana, si quieres claro...

—Obvio que quiere —responde Eri por mí y cuando Liam me mira yo asiento con la cabeza.

Una canción no fue suficiente [✓]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora