Capítulo 11: Honestidad

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- ¿Yuuki-kun te ignoró? Eso es imposible. El te quiere mucho, Kotoko-chan.

- Cuando lo saludé no me miró y se encerró en su habitación. Toqué su puerta y lo llamé muchas veces pero no respondió.

- Eso sí es extraño. - comentó mi tío impactado.

- ¿Están hablando de Yuuki? Él ha estado actuando extraño desde esta mañana. - llegó contando Tía Noriko, sentándose a mi lado. - No probó su desayuno. A penas me saludó y fue a encerrarse a su habitación. Tampoco bajó a almorzar, tuve que llevarle su plato.

- Eso es preocupante. Mañana es su examen.

- ¡Querido, shhh! - se apresuró a intentar silenciarlo la mujer.

- ¿Examen? Pero sus clases empiezan en una semana. - miré con sospecha las expresiones nerviosas de mis tíos por lo que fruncí el ceño. - ¿Qué me están ocultando?

- N-Nada. No es nada jeje - Tía Noriko respondió con rapidez, soltando una risa nerviosa.

Tío Shigeki asintió al lado de su esposa con rapidez. - ¡Oh! ¿Qué estamos esperando? ¡La cena se enfriará!

No me creí nada de sus palabras. 

Decidí dejarlo pasar por ahora al notar lo preocupados que todavía se veían los tíos por el extraño comportamiento de su hijo menor, intentando distraerlos al contarles que tal me había ido en la universidad ese día y sobre los nuevos amigos que hice. Funcionó y pudimos disfrutar del resto de la cena en un ambiente familiar cálido.

Una hora más tarde un sonido proveniente del pasillo llamó mi atención.

Dejando el tomo que estaba leyendo sobre la cama me puse las pantuflas para asomarme a ver de que se trataba, no tan sorprendida como esperaría al ver a Irie-san con expresión confusa frente a la habitación de Yuuki. No era necesario ser un genio para saber que a él tampoco le abrió la puerta. De alguna forma eso me reconfortó. No era la única que estaba siendo ignorada.

- ¡Yuuki, abre! ¡Mañana es tu examen, se supone que íbamos a repasar juntos! - la frustración se dejó escuchar en su voz. - ¡YUUKI!

- No te abrirá. - llegué caminando con calma, tomándolo por sorpresa. - A mí tampoco me dejó entrar.

El ligero rubor que adornaba las mejillas de Irie-san desapareció y en su lugar su expresión se notó estupefacta. - ¿A ti? - cuestionó con incredulidad, posando una mirada acusatoria sobre mí. - ¿Qué le hiciste?

- ¡No he hecho nada! No lo he visto desde ayer. Estoy tan confundida como tú. - protesté de muy mal humor. Pese a tratar de distraerme leyendo los mangas que traje a casa no pude concentrarme en lo absoluto. Las ideas daban vueltas y vueltas en mi cabeza sobre la razón por la que Yuuki se estaba comportando de ese modo. - Ni siquiera me abrió cuando le llevé la cena. Tuve que dejarla frente a su puerta. Según tu madre lleva así desde la mañana.

Irie-san frunció el ceño con expresión pensativa.

- De cualquier forma, tengo un plan.

- ¿Un plan? ¿Y cuál es?

- No es necesario que lo sepas. Déjamelo a mí. - contesté dejando que una maléfica sonrisa se deslizara por mis labios. 

Irie-san palideció parpadeando con confusión.



...



Era pasada la 1:00 a.m. cuando la puerta de la habitación de Yuuki fue abierta suavemente. El menor comprobó con precaución que nadie estuviera en el pasillo y corrió sobre las puntas de sus pies en dirección al baño. Estar todo el día en su habitación era complicado cuando sus necesidades biológicas se hacían presentes. Una vez terminó su asunto salió del baño soltando un suspiro desanimado. No pudo ni dar tres pasos al sentir una mano cubrir su boca y un brazo rodearlo por la cintura. En pánico trato de gritar, retorciéndose para liberarse; pero la otra persona se había aferrado a él con tanta fuerza que le fue imposible escapar y terminó siendo arrastrado de regreso a su habitación.

No Tendré Una Relación TóxicaWhere stories live. Discover now